Los hackers no fueron solo por la campaña electoral de Hillary Clinton. Intentaron acceder a los emails privados del entonces secretario de Estado, John Kerry, trataron de robar la correspondencia privada de un gerente del programa de cazas furtivos de Lockheed Martin e intentaron entrar en cuentas de otros miles de personas y entidades como la banda de punk Pussy Riot y el líder de oposición ruso Alexei Navalny.

Unas 19.000 líneas de datos, compartidas hace poco por la firma de ciberseguridad Secureworks, muestran que Fancy Bear –el grupo de piratas informáticos al que agencias de inteligencia estadounidenses acusan de interferir con las elecciones presidenciales del año pasado– intentó acceder a más de 4.700 cuentas de correo de Gmail entre marzo del 2016 y marzo del 2017.

En la práctica, el documento es una lista de objetivos, que según los expertos señala al Kremlin. “Esta lista solo serviría a los intereses de un país”, dijo Keir Giles, director del Centro de Investigación de Estudios de Conflicto en Cambridge, Inglaterra, y uno de los cinco expertos que revisaron los datos.

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“Al margen de los inevitables desmentidos de Moscú, es la única explicación que tiene sentido”, señaló.

Las autoridades de relaciones exteriores rusas han tachado de ‘ridículas’, “al borde de la fantasía” y sin pruebas, las acusaciones de que orquestaron estos ataques. (I)