Los máximos asesores militar y diplomático del presidente Donald Trump reiteraron este lunes que no es necesaria una nueva autorización del Congreso para permitir a las fuerzas estadounidenses enfrentar a los extremistas islámicos en el extranjero.

Legisladores estadounidenses debaten si actualizar o revocar la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF, por sus siglas en inglés), aprobada el 14 de septiembre de 2001, tres días después de los devastadores atentados de Al Qaeda contra Nueva York y Washington.

Eso daría al Congreso la oportunidad de retomar su autoridad constitucional en asuntos de guerra y paz, pero el secretario de Defensa, James Mattis, y el de Estado, Rex Tillerson, insistieron ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que eso era prematuro e innecesario.

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El gobierno de Donald Trump "no busca" obtener una nueva ley autorizando el uso de la fuerza (AUMF), indicó Tillerson en sus primeras declaraciones.

Esta ley "continúa siendo una base sólida para las operaciones militares en curso contra una amenaza en mutación", concordó Mattis.

Desde la aprobación de la AUMF, tres presidentes sucesivos se basaron en esa disposición, que no limita la acción de las fuerzas estadounidenses ni en el tiempo ni geográficamente, para lanzar operaciones contra grupos islamistas en zonas remotas en todo el planeta.

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Los críticos han alegado que los presidentes George W. Bush, Barack Obama y ahora Donald Trump han excedido los términos de la autorización inicialmente concebida para combatir a la organización de Osama bin Laden.

Más recientemente, después de que cuatro soldados estadounidenses murieran la semana pasada durante una emboscada en Níger, muchos norteamericanos se sorprendieron de que el Pentágono desplegara centenares de militares en África occidental.

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Algunos legisladores están presionando a sus colegas para que reafirmen, a pesar de la resistencia de la Casa Blanca, el derecho constitucional del Congreso de decidir cuándo y dónde puede Estados Unidos declarar la guerra.

La AUMF "es una piedra angular para las operaciones militares estadounidenses", dijo Mattis, explicando que sería contraproducente fijar límites de tiempo y lugar a una lucha contra un "enemigo cambiante" que "no respeta las fronteras internacionales".

"Dicho esto, toda nueva expresión de unidad de parte del Congreso, ya sea bajo la forma de una AUMF o no, representaría una fuerte expresión de la determinación de Estados Unidos" en la lucha contra los movimientos islamistas armados, indicó.

Tillerson y Mattis subrayaron que si los congresistas aprueban una nueva ley, no será necesario anular la de 2001 y el nuevo texto no deberá incluir "ninguna restricción de tiempo" ni "ningún límite geográfico".

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Estados Unidos tiene tropas desplegadas en 19 países y no tiene intención de reducir sus operaciones militares en el mundo. "La guerra se está desplazando. Vamos a ver más acciones en África", declaró recientemente el senador republicano Lindsey Graham. (I)