La tensión en España llega hoy a su clímax con la expectativa en las decisiones que se tomen en Madrid y Cataluña, un día después de una caótica jornada que terminó con la dimisión de un miembro del Gobierno regional opuesto a la declaración de la independencia y que apostó por elecciones anticipadas, como solución a la crisis y que fueron descartadas por el líder catalán Carles Puigdemont.

Puigdemont rechazó convocar a elecciones y frenar sus planes de independencia, lo que acerca una toma de control regional por parte del Gobierno central, con el riesgo de fuertes protestas en Cataluña.

En una jornada de montaña rusa política, Puigdemont delegó en el Parlamento la respuesta a la anunciada suspensión de facto de la autonomía regional. Su coalición advirtió que esta tomará forma de declaración de independencia.

Publicidad

“He estado dispuesto a convocar estas elecciones siempre y cuando se dieran unas garantías que permitieran su celebración en absoluta normalidad”, dijo Puigdemont en el Gobierno regional, retrasado varias veces durante la jornada.

Pero “no hay ninguna de estas garantías que justifiquen la convocatoria de elecciones”, añadió, echando por tierra la posibilidad de una distensión en la peor crisis de los últimos años en el país.

Vea también: Los problemas que tendría el Gobierno de España para asumir el control de Cataluña

Publicidad

Poco después, en una comisión en el Senado, el gobierno español de Mariano Rajoy empezaba la defensa de la intervención de la autonomía para frenar la espiral independentista en esta región de 7,5 millones de habitantes.

“Queremos abrir una nueva etapa en la que la ley se respete”, afirmó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ante los senadores, que deben dar su autorización hoy para aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Publicidad

Bajo su amparo, el Ejecutivo busca destituir al gobierno de Puigdemont, supervisar la actividad del Parlamento catalán o tomar control de la Policía o los medios de comunicación públicos regionales.

Esto puede desatar fuertes protestas en Cataluña, cuya sociedad está muy orgullosa del autogobierno regional recuperado tras la muerte del dictador Francisco Franco.

Aún sin resignarse, la oposición en el Parlamento regional imploró a Puigdemont que convoque a elecciones regionales durante la sesión que podría culminar hoy con la declaración de secesión.

“Todavía está a tiempo de volver a la legalidad y convocar a elecciones”, declaró Inés Arrimadas, dirigente de Ciudadanos, principal partido de oposición a los independentistas.

Publicidad

En la variopinta alianza de partidos separatistas, la mayoría exigía proclamar una república independiente, pero dentro del partido conservador de Puigdemont, PDeCAT, existían presiones para no hacerlo.

Una encuesta de julio pasado reveló que el 49 % de los catalanes no quiere la independencia, frente al 41% que se mostró a favor de la secesión.

Mis intentos de diálogo han fracasado. Espero haber sido útil hasta el último minuto al ‘president’ Puigdemont y a los catalanes.Santi Vila, miembro del Gobierno catalán opuesto a la declaración de independencia y que ayer dimitió.

(I)