La forma del escudo de Emelec y la frase “Huevo frito eterno” fue grabada ayer sobre la vereda de la calle General Gómez y av. Quito, sur. Era en honor al hincha eléctrico Junior Yúnez, quien murió baleado alrededor de las 00:30 frente al estadio Capwell. Ahí, una vela derretida dentro de un vaso plástico estaba cerca de la huella de sangre que dejó el joven de 33 años.

Yúnez había sido amenazado de muerte el último año por Hernán M.M., conocido como el Negro Hernán, quien supuestamente disputaba el liderazgo de una de las barras eléctricas, comentó un pariente que prefirió la reserva de su nombre por temor. La última sentencia fue el viernes, cuando el hombre acusado le reiteró que lo iba a matar, dijo.

Supuesta disputa por liderato de barras de Emelec termino con la muerte de uno de sus integrantes @testigomovil @eluniversocom pic.twitter.com/VON8mpyfns

Al día siguiente lo asesinaron. Mientras Huevo frito conversaba con un amigo en la vereda, un sujeto se bajó de una moto (conducida por otro hombre) y le propinó un tiro en la pierna y dos en la cabeza. El ahora occiso trabajaba como cuidador de carros en el sector. Horas antes del hecho, él había estado libando con unos amigos luego de jugar fútbol.

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El Negro Hernán, identificado por un testigo como el que hizo las detonaciones, fue detenido por la Policía. “Por un poder estúpido dejan a tres niños con la ausencia de su padre”, lamentó un pariente.

Horas más tarde, Miguel Arce Coronel, de 84 años, se suicidó al dispararse con un arma de fuego en la vereda de la calle 14 y Bolivia, suroeste de Guayaquil. Él vivía solo hace unos tres meses en una casa multifamiliar y tenía dificultad para caminar, según los vecinos. (I)