En noviembre del 2012, Tatiana Ordeñana Sierra decidió renunciar a su vocalía en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPC) para ser jueza de la primera Corte Constitucional (CC), a la que llegó con un puntaje de 93/100, el 30 de octubre del 2012.

Sobre ella está la mirada pública y del gobierno de Lenín Moreno por la postura que tome al sustanciar las cinco enmiendas constitucionales que forman parte de la propuesta de consulta popular, entre las cuales están extinguir la figura de la reelección indefinida para las autoridades de elección popular, y reestructurar el CPC, del que ella fue parte y defendió entre el 2010 y 2012.

La jueza ponente de esa causa, nacida en Guayaquil, tiene 47 años, y lleva un año y dos meses casada con el vocal del Consejo de Educación Superior (CES) Marco Navas. Su unión civil la materializó el expresidente Rafael Correa en agosto del 2016, en una ceremonia en el Palacio de Gobierno.

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En su entorno político, sus más cercanas amigas son la también jueza y vicepresidenta de la CC, Pamela Martínez; y Cynthia Guerrero Mosquera, jueza de la Corte Nacional de Justicia, quienes eligieron a los actuales miembros de la CC.

Martínez fue asesora de Correa entre el 2010 y 2015, lo que la impulsó a ser su delegada en la Comisión Seleccionadora de la CC, y en la que también actuó Guerrero como delegada de la Función de Transparencia.

Ordeñana fue candidata a asambleísta constituyente por el movimiento de César Montúfar, Concertación Nacional.

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Fue consultora en la organización Projusticia, que presidió Gustavo Jalkh, ahora titular del Consejo de la Judicatura. También asesora en el extinto Ministerio del Litoral cuando Ricardo Patiño lo presidía.

Abogada de profesión, estuvo ligada a actividades de protección de derechos de niños y mujeres desde el INFA-Guayas, el Consejo Nacional de Mujeres (Conamu) y en la Fundación María Guare.

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“La recuerdo como una persona muy solidaria con el tema de la violencia contra la mujer”, dice Anunzziatta Valdez, directiva de la fundación.

Y aunque no fue su amiga personal, pero sí “amiga del activismo”, Gina Godoy, exlegisladora de AP y hoy subsecretaria en el Ministerio de Justicia, relata que fue candidata a la Constituyente en el 2008 por otro movimiento diferente a AP, pero “esa coyuntura electoral no nos separó”.

Así confía en que actuará apegada al derecho en la tarea hoy encomendada. (I)