Con el sombrero en lo alto mostraron el orgullo de ser montuvios. Unas 1.500 personas hicieron este gesto desde las gradas de la plaza de rodeos de General Vernaza, como parte de la tradicional fiesta montuvia que celebra esta parroquia del cantón Salitre, en conmemoración del Día de la Plurinacionalidad e Interculturalidad, que se recuerda el 12 de octubre.

A las 13:10 se inició el acto con el desfile de los jinetes de las cinco haciendas participantes, tres de esta parroquia (Pijío, Buenaventura Burgos y El Paraíso), una de Balzar  (Todo Colorado) y otra de Palenque (Los Ríos), por las vías principales de Vernaza. La gente salió a las calles, se asomó en las ventanas y balcones para recibirlos entre aplausos y con los sombreros en lo alto. Un saludo típico en la capital montuvia del Ecuador. 

El paso de los corceles con sus jinetes estuvo acompañado por melodías entonadas con  trompetas, saxofones y tambores de la banda musical Nuestra Señora de los Ángeles, la que animó cada presentación de las haciendas.

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La hacienda Buenaventura Burgos, con sus jinetes usando pantalón blanco, camisa roja y sombreros blancos, ganó la designación de mejor uniformado de la competencia. Mientras, la hacienda  Pijío fue designada Señorita Rodeo y la de Palenque  como Criolla Bonita.

Ambas se ganaron aplausos de los asistentes por su carisma y agilidad en la cabalgata.

Llegaron de todos los rincones de Salitre, en caballo o carro, de Guayaquil, de otros cantones y hasta de provincias, como Santo Domingo y Azuay, para vivir una tarde de rodeo.

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Pasadas las 14:00 empezó lo que la gente esperaba, el caracoleo, la destreza de los jinetes sobre corceles chúcaros.

Con las riendas templadas y usando espuelas metálicas en los pies, los jinetes mostraron sus habilidades para dominar a los caballos y no caer de ellos. 

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Los niños fueron los más sorprendidos con esta exhibición montuvia, que duraba pocos segundos pero causaba algarabía y emoción al ver cómo los caballos saltaban y trataban de derribar a sus domadores. Dos de ellos cayeron, pero volvieron a levantarse y cojeando lo intentaron nuevamente ante el aliento del público.

Uno de los más aplaudidos fue Jairo Macías, de la hacienda Pijío. Con una década de experiencia en esta actividad, él destacó la resistencia de esta práctica. “Los niños están encantados de ver a los caballos chúcaros”, comentó  Denisse Portilla, quien llegó de Guayaquil para disfrutar por primera vez de la  fiesta montuvia. (I)

Apuntes
Fiesta Montuvia

Evento
La fiesta se extendió con una competencia de monta de vaca y ternero y la presentación de una banda musical. Héctor Macías, organizador, destacó la importancia de incentivar la identidad montuvia para que perdure en próximas generaciones.

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