Bolonia

El papa Francisco pidió a Europa abrir sus puertas a los migrantes, luego de visitar un refugio en Bolonia donde compartió un almuerzo con ellos e insistió en que los políticos deben trabajar para los marginados y necesitados.

Durante su visita a esa ciudad, Francisco se reunió ayer durante una hora con cientos de migrantes y posó pacientemente para fotografías.

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Posteriormente, participó en un almuerzo para los solicitantes de asilo y también para los prisioneros, en la Basílica de San Petronio.

Provocó ovaciones cuando advirtió que sabía que los migrantes estaban desesperados por obtener documentos de identidad y cuando insistió en que cada uno de ellos tenía un nombre y una historia de tragedias para llegar a Italia.

El pontífice ofreció una oración silenciosa para aquellos que murieron en ese intento.

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“Espero que su esperanza no se convierta en desilusión, o peor, en desesperación”, dijo.

Francisco, hijo de migrantes italianos que llegaron a Argentina, exhortó a los países europeos a abrir sus corredores humanitarios para dejar entrar a los refugiados más rápido. Presionó a los dirigentes locales a asumir la carga, a integrarlos a sus comunidades.

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La visita al centro migrante fue lo más destacado en un día en el que el papa recalcó sus principales prioridades: acoger a los migrantes, trabajo digno y liderazgo político ético.

Fue un mensaje que se escuchó en una región famosa por su cultura de acogida, entre otras cosas.

En su primera parada en Cesena, Francisco habló ante miles de personas en la explanada principal sobre la importancia de la piazza en la vida de la ciudad. Señaló que ese era un lugar donde toda la gente se reúne y donde el sentido de la comunidad y de pertenencia es transmitido. (I)

La jornada
Visita del papa

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En Bolonia
Durante la jornada que tuvo en Bolonia el papa Francisco exhibió en una de sus muñecas un brazalete plástico de identificación que utilizan las personas que buscan asilo en países.

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