El primer cese al fuego firmado con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en toda su historia de medio siglo de lucha armada entró en vigencia hoy en medio de la expectativa.

Aunque la tregua es temporal –hasta el 9 de enero de 2018– se espera que pueda renovarse.

“El ELN tiene que dejar de secuestrar, de reclutar menores, de sembrar minas, de atacar nuestra infraestructura. Y por supuesto, debe cesar toda acción ofensiva contra nuestras Fuerzas Armadas y de Policía”, dijo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

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Este paso supone el mayor avance en las negociaciones de paz que llevan a cabo desde febrero el Gobierno y el ELN en Quito, para terminar de cerrar el conflicto.

Para verificar el cumplimiento de esta tregua bilateral, la Misión de la ONU desplegará observadores en los 33 municipios del país donde tiene mayor presencia el ELN, publicó eltiempo.com.

El máximo jefe de la guerrilla, Nicolás Rodríguez Bautista, Gabino, ordenó a sus frentes acatar la orden del alto al fuego. La tregua viene precedida de una semana de ataques contra la fuerza pública y uno de los principales oleoductos del país, que dejan un militar muerto y derrames de crudo.

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Algunos observadores apuntan que el cese al fuego con el ELN podría ser más frágil que el que en su momento rigió con las FARC. Mientras, la primera guerrilla actuó siempre como una organización muy vertical, el ELN tiene una estructura federada.

Esto “le da gran autonomía operativa de mando y de control del uso de la fuerza a sus frentes y bloques”, lo que dificulta la negociación, dijo Jorge Restrepo, del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos. (I)