El papa Francisco habló del remordimiento de conciencia y de la importancia para todo cristiano del sacramento de la Reconciliación, e invitó a los fieles a “decir la verdad sobre nuestra vida” y confesar al Señor los pecados “para que perdone”. Así lo recogió el portal AciPrensa.

Al reflexionar sobre el Evangelio de san Lucas, dedicado a la reacción de Herodes ante la predicación de Jesús, Francisco explicó que el rey no sabía qué pensar de Jesús, pero sentía algo que no era una curiosidad, sino un “remordimiento en el alma, en el corazón”.

Pero se le entregó Jesús a Pilatos, cometiendo “un crimen a través de otro”, “el remordimiento de la conciencia con otro crimen”, como quien “asesina por temor”, explicó.

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“Es una llaga que cuando en la vida hemos hecho algún mal, hace mal. Pero es una llaga oculta, no se ve; ni siquiera la veo yo, porque me acostumbro a llevarla y después se anestesia”, reflexionó el pontífice.

Y agregó: “Cuando esa llaga hace mal, sentimos remordimiento. No solo soy consciente de haber causado el mal, sino que lo siento: lo siento en el corazón, lo siento en el cuerpo, en el alma, lo siento en la vida. Y de ahí la tentación de cubrir esto para no sentirlo más”.

Francisco también manifestó que ninguno de nosotros es un santo y todos tenemos que ver los pecados “de los otros”, compartiendo el sufrimiento de los demás.

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“Primero de todo, reza: Señor, ten piedad de mí que soy un pecador. El Señor escucha tu oración. Después examina tu vida”, subrayó.

No quedarse solo

Francisco llamó a pedir ayuda. “Pide ayuda a alguno que te ayude a salir; que salga la llaga, y después dale un nombre. Tengo este remordimiento de conciencia porque he hecho esto, concreto; la concreción. Y esta es la verdadera humildad ante Dios y Dios se conmueve ante la concreción”, manifestó Jorge Mario Bergoglio.

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El papa aseguró que diciendo hechos concretos se hace “salir la verdad” y “así se cura” la llaga del pecado.

“Aprender la ciencia, la sabiduría de acusarse a sí mismo. Yo me acuso a mí mismo, siento el dolor de la llaga, hago de todo para saber de dónde viene este síntoma y después me acuso a mí mismo”, mencionó.

“No tener miedo de los remordimientos de conciencia: son un síntoma de salvación. Tened miedo de cubrirlos, de maquillarlos, de disimularlos, de esconderlos… Eso sí, pero si se es claro el Señor nos sana”, sostuvo el pontífice, de acuerdo con el portal AciPrensa.

Solemnidad
Estar siempre en camino, dejarse sorprender por la mirada del Señor y estar en contacto con los que sufren, fueron consejos de Francisco a la Familia Vicenciana, conocidos como vicentinos, propósito del día de la solemnidad de San Vicente de Paúl, del cual el papa dijo que vivió “abierto a la búsqueda de Dios y de sí. Inflamado del deseo de dar a conocer a Jesús a los pobres”. (I)

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