El Patriarcado Latino de Jerusalén condenó la profanación perpetrada por un grupo de desconocidos contra la iglesia de San Esteban ubicada dentro del monasterio de Beit Jimal, al oeste de la ciudad de Jerusalén, en Israel.

La noche del pasado miércoles, los vándalos forzaron las puertas para ingresar al templo y destruyeron una imagen de la Virgen María.

También rompieron los vitrales en los que representaban diversos momentos de la vida de Jesús, algunos atriles y sillas, según un comunicado emitido por el Patriarcado.

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Tras visitar el templo el jueves, Mons. Giacinto Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal para Israel y obispo auxiliar de Jerusalén, afirmó que “este no es solo un acto de vandalismo, sino una acción en contra de la sacralidad de los lugares santos y de la fe de la gente”.

“En Tierra Santa hay una fe profunda y una cultura. Debemos vivir junto con la diversidad de creencias. Es absolutamente necesario que aceptemos a los otros, que aceptemos a cada uno en nuestra diversidad”, manifestó.

Además de condenar este atentado, el Patriarcado Latino de Jerusalén afirmó que es necesario inculcar una educación de “respeto a las diferencias religiosas y culturales de las personas”.

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El monasterio de Beit Jimal pertenece a los monjes salesianos desde fines del siglo XIX.

Esta no es la primera vez que el lugar sufre un ataque.

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En diciembre del 2015 unos vándalos rompieron varias cruces y lápidas del cementerio del monasterio. En 2016 se perpetraron actos vandálicos contra la Basílica de la Transfiguración en el Monte Tabor en Tierra Santa. (I)