La difusión del informe sobre Yachay reveló dos posiciones políticas marcadas. A decir del presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea, Augusto Espinosa, de un lado está la del gerente actual de la Empresa Pública Yachay, Jorge Martínez, y del otro, la del exgerente, Héctor Rodríguez.

Sin embargo, sobre ellos –al igual que en los cuestionamientos públicos a la gestión del Gobierno anterior– se evidencia un choque entre Lenín Moreno y Rafael Correa.

Augusto Espinosa cuenta su historia en un tuit. Dice que el pasado 12 de septiembre llegó a Yachay, pero que no le dejaron subirse al bus con el presidente Lenín Moreno ni escuchar la presentación. Como “consuelo”, cuenta que lo invitaron a sentarse en primera fila en el acto público preparado para toda la comunidad.

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No le sirvió haber sido ministro de Educación en el tiempo de Rafael Correa ni ser asambleísta. Ni siquiera el tener la invitación formal de la Presidencia. Se enojó y se fue.

Quien se quedó –y llegó muy sonriente– fue su tocayo, Augusto Barrera, actual secretario de Ciencia y Tecnología, quien sí pudo estar con el presidente todo el tiempo. Fue el primero en saludarlo, con abrazos, saludos y fotos.

Barrera, en primera línea, compartió con Moreno el recorrido por Yachay, estuvo a su derecha en la mesa directiva y, tras escuchar el diagnóstico de Martínez, reconoció el doloroso pero necesario “peso de la verdad”.

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Desde el desplante, Espinosa cuestionó esa verdad y le ha dado el beneficio de la duda a Rodríguez, quien, afín a Correa, no ha desperdiciado oportunidad para culpar de su repentina salida de Yachay a Augusto Barrera. (I)