Es maravilloso poder confiar en las personas y mantener buenas relaciones familiares, de amistad, de trabajo, de negocios, etc. La confianza es una necesidad básica entre los seres humanos para la convivencia armónica.

¿Qué ocurre cuando se comprueba que hemos sido objeto de engaño, traición o manipulación de parte de alguien? La tendencia es terminar, cortar el trato con esa persona porque en toda relación humana, sea de trabajo, interpersonal, conyugal o familiar, la confianza es imprescindible.

Confiar significa creer en las buenas intenciones, en la integridad, en la palabra y compromisos. Cuando no podemos creer en alguien cercano, sea familiar, empleado o amigo, el vínculo se resquebraja, se hiere y puede romperse, según el caso.

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Cuando son situaciones de trabajo puede ser más fácil terminarlas. No se puede tener un colaborador o un jefe en quien ya no crees.

Con los amigos y familiares es más difícil perdonar una traición y también desligarse, sobre todo cuando hay lazos de sangre. Ya no es lo mismo cuando falta credibilidad.

¿Es posible recuperar la confianza? ¿Se debe dar oportunidad de reivindicación a quienes nos fallaron una o más veces?

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Sin duda alguna depende de la magnitud de la traición. Pero sí existen personas que tienen un gran corazón y disposición no solo a perdonar la falta, sino a intentar confiar una vez más y salvar la relación. Puede significar un proceso largo de mucha paciencia de ambas partes para superar las heridas, dejar atrás la traición y recomenzar.

¿Y si pasamos de lo interpersonal a lo social y político?

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Pareciera que en la historia política de nuestro país se repite el proceso del encantamiento al engaño y aunque somos defraudados muchas veces, el siguiente “encantador” nos regresa la esperanza y hasta la confianza. Claro que detrás hay un trabajo, cada vez más fino de “marketing político” para lograr esos objetivos de convencimiento y persuasión.

Los diarios y noticiarios televisivos de las últimas semanas han expuesto abiertamente las noticias sobre los corruptos del gobierno anterior y los procesos que se siguen… Ojalá se recobre la confianza en la justicia y termine la impunidad que parece haber campeado en los últimos años. El daño ha durado mucho tiempo y ha sido fuerte y descarado.

Necesitamos un cambio radical para volver a creer en la justicia ecuatoriana.

En el campo electoral, parece que nos enfrentaremos próximamente a un nuevo proceso de votación y me da la impresión de que ya nos olvidamos de los problemas de credibilidad que suscitó el anterior para la elección presidencial y de asambleístas.

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¿Se han dado las condiciones necesarias para recuperar la credibilidad en las instituciones involucradas? Esperemos que sí, porque el apoyo que está recibiendo la consulta popular viene de muchos sectores.

La falta de credibilidad política genera desinterés, indiferencia y decepción que pueden inducir a la toma de malas decisiones.

Recuperar la credibilidad política y mantenerla es una tarea muy importante de este gobierno para levantar al país.

Mantener la nuestra y cuidar las relaciones es tarea de todos. (O)