La región central de Cuba despertó ayer en una de las mañanas más peligrosas de las últimas décadas, un amanecer de olas gigantes, vientos huracanados y fuertes lluvias causados por el feroz huracán Irma, que azotó intensamente ciudades patrimoniales como Remedios o Caibarién.

Caibarién es una de las comunidades más afectadas debido a su ubicación en la costa. Por su litoral pasó la noche del viernes el huracán, el más fuerte que se ha sentido en esta zona en tres décadas, según contaron sus lugareños.

Las zonas bajas de esa localidad están totalmente anegadas a causa de las inundaciones costeras y las calles, desoladas y vacías, están obstruidas por escombros y árboles derrumbados por vientos huracanados, que alcanzaron los 250 kilómetros por hora debido a la cercanía del ojo de Irma.

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También declarada Patrimonio Nacional de Cuba, en la vecina Remedios, a unos siete kilómetros de Caibarién hacia el interior, el panorama era parecido, sin luz eléctrica desde la noche del viernes. Allí muchas casas perdieron el techo y llovió todo el día.

En las cercanas provincias de Ciego de Ávila y Camagüey, donde el embate de Irma se sentía ya en la tarde del viernes, los efectos han sido devastadores, especialmente en la conocida como cayería norte, donde se ubican los polos turísticos de Cayo Coco y Cayo Guillermo.

Los más de 30.000 turistas que pasaban allí sus vacaciones, la mayor parte de ellos canadienses, fueron evacuados hace tres días de esos cayos, donde solo han sobrevivido las estructuras hoteleras más sólidas, mientras que el resto ha quedado totalmente derruido, según habitantes.

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Al cierre de esta edición, Irma se aproximaba a la zona más occidental de la isla. (I)