“Ni corrupto ni ladrón”. Ese fue el eslogan del entonces candidato Jimmy Morales en la campaña electoral en el 2015, opacada por una profunda crisis en el país por los escándalos de irregularidades que derrumbaron al gobierno de Otto Pérez, quien junto con su exvicepresidenta Roxana Baldetti (ambos con prisión preventiva) fueron imputados por dirigir una red de corrupción que perjudicó al Estado en unos $ 37 millones.

Ese lema y el descontento social llevó al poder al comediante que criticó el financiamiento de las multimillonarias campañas de sus rivales, irónicamente el mismo motivo por el que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) de la ONU, liderado por Iván Velásquez, pidió que se le levantara la inmunidad al mandatario para investigarlo por supuesta financiación electoral ilícita, entre otros delitos.

Morales no cumplió la entrega de informes contables y financieros, y bloqueó auditorías del Tribunal Supremo Electoral, indicaron Velásquez y el Ministerio Público.

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El jefe de Estado pidió la expulsión de Velásquez, quien comanda el Cicig desde 2013 e investigó al gobierno de Pérez, considerado el más corrupto, desde el fin de las dictaduras militares en 1985, publicó elpais.com. Guatemala está entre los países más corruptos en América Latina, según Transparencia Internacional.

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) analizará mañana los antejuicios contra Morales, planteados por el Ministerio Público y la Cicig. El mandatario ha recibido el apoyo de 132 de los 340 alcaldes, 50% de quienes lo respaldan tienen problemas legales, indicó prensalibre.com.

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“El país ha sido capturado por redes ilícitas desde hace décadas. La corrupción aquí es estructural; está dentro del sistema”, dijo Velásquez a El País.

En la investigación del gobierno de Pérez, también fueron implicados otros 32 funcionarios. Dos expresidentes del parlamento han sido condenados y otro está en juicio.

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Con lo que tienen (el Ministerio Público) ahora es imposible frenar la corrupción. Los fiscales necesitarían 15 años para responder a los casos que tienen acumulados hasta enero del 2016, pero si solo se dedicaran a ellos, en ese tiempo se habrían cometido otros 15.000 casos nuevos ”.Iván Velásquez, Jefe de la Comisión Anticorrupción de la ONU en Guatemala

Las calles se han convertido en un nuevo escenario de protestas contra Morales, a quien los manifestantes piden que renuncie, como lo hicieron con Pérez, y apoyan la permanencia del comisionado de la ONU. La CSJ suspendió la orden de Morales de expulsar a Velásquez y analizará si es viable levantar la inmunidad al mandatario, cuyo partido también fue sancionado por no pagar una multa de $ 60 mil por falta de transparencia en sus cuentas.

No solo el presidente está envuelto en escándalos, también familiares. En enero pasado la Cicig indicó que el hijo (José Manuel) y el hermano (Sammy) de Morales están implicados en fraude. Ambos fueron llevados ante la justicia por el caso “Botín registro de la propiedad”, en el que se investiga el cobro de unos $ 35 mil al Estado por eventos que no se realizaron, en 2013, antes de que Morales asuma la presidencia.

A Sammy también se lo acusa de lavado de dinero. Ellos se declaran inocentes.

El rechazo aumenta hacia Morales, quien prometió luchar contra la corrupción que levantó a los guatemaltecos contra Pérez. “Mi aspiración más alta es que, dentro de 100 años, en aulas escolares se enseñe que Jimmy Morales fue el mejor presidente de la historia guatemalteca”, había dicho Morales, pero a poco más de un año y medio en el Gobierno, en las calles piden que se vaya. (I)

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