Zozobra sienten los moradores de la ciudadela Unión y Progreso, ubicada frente al Centro Comercial San Marino, junto a la avenida Francisco de Orellana, en el norte de Guayaquil. Están intranquilos, inquietos y se sienten impotentes.

Desde el mes anterior hasta la fecha actual han sido blanco de una oleada de robos. La madrugada del lunes pasado, un sujeto se llevó accesorios de cinco vehículos de gama media y alta.

Todo quedó registrado en videograbaciones de cámaras de seguridad, que instaló desde hace meses uno de los habitantes de este sector.

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Milton (nombre protegido) se sorprendió cuando iba a embarcarse a su auto para ir a dejar a su hija al colegio, y ya no estaba la antena de la radio y los espejos de su Ford Fusion, valorados en más de 800 dólares.

El hombre contó que el hecho se registró a las 04:00. En el video que mostró el ciudadano, se ve a un joven, de unos 25 años, que usa gorra, forzando los espejos y su carcasa plástica de protección.

"Sigo viendo en el video que a un vecino le hizo lo mismo y a otro carro también. Es la primera vez que veo al sujeto, pero tengo videos de otras personas. La modalidad del robo es que se comete en la hora boba, en la madrugada, porque a esa hora no hay guardia", relató el hombre.

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Mataron a perros

Esta serie de delitos se intensificó luego de que envenenaran a la mascota de Milton, el pasado 2 de julio. Desde ese día se han cometido delitos similares. El denunciante dijo que su perro (pastor alemán) ladraba fuerte y ahuyentaba a los delincuentes. Le dieron una salchicha con un químico. Lamentó, con tono de frustración, que se le empezó a caer el pelaje al can.

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"Yo tenía una perra pastor alemán, que un individuo intentó dos veces matarla, pero en la tercera lo logró. A raíz de esto comenzaron los robos más seguidos. Mientras el animal estaba vivo, los ahuyentaba. No les dejaba hacer su trabajo, entre comillas, a los pillos", contó el habitante de esta ciudadela.

Revenden espejos a sus propios dueños

Otra de las víctimas denunció que es la segunda vez que se le roban los espejos retrovisores. Hace pocos días se llevó una gran sorpresa. Los recuperó en un sector de la calle Ayacucho, calle donde funcionan decenas de locales de venta de repuestos de vehículos.

"Me vendieron mis mismos retrovisores. Allí en la Ayacucho, donde están los vendedores en la calle. Me robaron la semana pasada y ayer me volvieron a robar. En esa ocasión pagué 60 dólares y ahora me están pidiendo 40 dólares. Son los mismo espejos porque tienen una serie", indicó la perjudicada.

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Moradores exigieron a la Policía que patrulle durante la madrugada. (I)