Con indignación y tristeza, los familiares de Gabriela Morán la despidieron ayer en el cementerio de la cooperativa Plan de Vivienda. La joven madre murió al lanzarse a un pozo de agua donde cayó su hijo.

El pozo no tenía cubierta y solo estaba tapado con un plástico. “Si no era mi hija que moría, podría haber sido otra persona”, dijo Cristian Morán, padre de la difunta.

La madre, de 24 años, se encontraba buscando casa para arrendar y al ver un letrero de arriendo se acercó a la vivienda donde ocurrió la tragedia, según su hermana.

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Al ver que su hijo se cayó, la madre fallecida, que recién hace tres semanas había obtenido un título de maestra de belleza, se lanzó para salvarlo.

El pozo cuenta con 12 metros de profundidad y tenía agua. Gabriela tomó a su hijo, que tenía varios golpes, lo colocó sobre sus hombros para que no se ahogue y esto ocasionó que ella aparentemente recibiera los gases tóxicos qué emanaba.

Al llegar el Cuerpo de Bomberos lograron sacar al niño con vida, pero ella falleció por un infarto que tuvo.

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El padre de Gabriela junto a sus otros hijos se sentían indignados, debido a que supuestamente en la urbanización Los Girasoles, donde ocurrió la muerte, no se realizan controles a los pozos de agua que hay en el lugar.

En tanto que el niño, que tenía contusiones en su cuerpo, ya fue dado de alta del hospital. (I)