La Refinería de Esmeraldas parece, en estos días, un monstruo de metal herido en su imponente estructura: los puntos calientes detectados en la piel de la FCC, con temperaturas de hasta 360° (cuando lo normal es 200°); tanques rotos y sin mantenimiento; sistema deficiente de autogeneración eléctrica, e incluso problemas ambientales por falta de funcionamiento de las plantas desulfurizadoras son sus principales dolencias.

A una altura de 40 metros tras subir 94 escalones se pueden apreciar los puntos calientes que son combatidos permanentemente con vapor de 180°. Si pese a los baños de vapor para el enfriamiento la FCC llegara a calentar en su exterior a 420°, sería el momento de apagarla de manera inmediata.

Así explican los técnicos del complejo de refinación que se encuentra en medio de una polémica porque parte de ella fue repotenciada hace pocos meses y ya presenta problemas, o como los llama su superintendente, Francisco Moreno, “oportunidades de mejora”.

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Sin embargo, el proceso de mejoramiento o de resolución de los problemas resulta complejo: la vigencia de la Garantía de la FCC (Fluid Calalytic Cracking), corazón de la refinería, ya habría caducado. Al menos así lo indican las condiciones comerciales establecidas con la empresa italiana ATB Riva Calzoni en marzo del 2009.

La Garantía de ATB para el diseño, materiales y trabajo humano “dura 12 meses de operación o 18 meses desde la fecha de envío, lo primero que ocurra”, dice un documento al que este Diario tuvo acceso. Si se toma en cuenta el tiempo de operación que sería desde septiembre del 2015, entonces esta habría terminado en septiembre del 2016, hace casi un año.

Esta semana el superintendente de la Refinería, en un conversatorio, aseguró que se está consultando a la licenciataria, UOP, empresa radicada en Delaware, cuál es la situación de la garantía. Según el documento, esta “no cubre daños por operaciones incorrectas o circunstancias no previstas”. Tampoco cubre costos de transporte, desarmado o rearmado de las partes defectuosas.

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De acuerdo con Moreno, podrían ser dos las circunstancias que habrían provocado la posible rajadura del refractario: los movimientos telúricos del 2016 o paralizaciones emergentes ocurridas por falta de autoabastecimiento eléctrico.

Pero ¿cuál es la situación de los generadores eléctricos? El más poderoso de 12 megavatios quedó totalmente inservible tras el incendio del 30 de julio. Adicionalmente uno más está en mantenimiento y otro con problemas. La refinería trabaja solo con dos generadores y se abastece del Sistema Nacional Interconectado para el resto, según informó la gerenta de Refinación, Carla Arellano.

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Los problemas legales con Tesca no permiten hacer uso de los tanques de almacenamiento. Las plantas desulfurizadoras no funcionan, aunque una podría estar lista para octubre. La planta de Sosa tampoco trabaja por temas legales. Pese a los males, la refinería aún produce los 110.000 barriles diarios, sostiene Arellano. (I)

Abastecimiento
Funcionamiento

Importación
La gerencia de Refinación indica que si hubiera una paralización no programada, Comercio Exterior puede realizar de manera inmediata la importación necesaria.

Costos
La paralización de la Refinería le costaría al país $ 1,2 millones diarios, según el ministro Carlos Pérez García. En agosto paró cinco días.

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