Después de los atentados adjudicados por el grupo Estado Islámico (ISIS) que dejaron 14 muertos en Cataluña, ayer las fuerzas de seguridad locales dijeron que los terroristas planeaban un ataque mayor.

Llevaban meses planeando, supuestamente, un ataque con explosivos en Barcelona, donde el jueves causaron 13 muertos y unos 130 heridos en un atropello masivo en la turística calle Las Ramblas.

Una explosión ocurrida hace tres noches en una casa de la localidad de Alcanar (Tarragona), donde los terroristas manipulaban bombonas de butano, hizo que cambiaran de planes al quedarse sin el material que preparaban. Se investiga ahora si los terroristas escondieron otro tipo de explosivos en el inmueble, que quedó derruido.

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Así, decidieron actuar “a la desesperada” para atentar en Barcelona primero y posteriormente –la madrugada de ayer– en Cambrils (Tarragona), declaró el jefe de la Policía catalana, Josep Lluís Trapero.

Las fuerzas policiales detuvieron hasta el momento a cuatro sospechosos. Mientras en el atentado en Cambrils, en el que murió una mujer, fueron abatidos cinco terroristas. La tarde de ayer se pensó que entre ellos estaba el autor del atropellamiento en Las Ramblas, pero con el paso de las horas se dijo que era poco probable y que el autor seguiría prófugo.

El rastro de las tres furgonetas alquiladas, todas en poder de la Policía, permitió a los investigadores vincular la célula de Alcanar con los atentados de Barcelona y Cambrils y concluir que se trata de un mismo grupo terrorista.

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Uno de los vehículos fue el del atropello de Barcelona, otro se localizó en Vic (provincia de Barcelona) y el tercero en Cambrils con varios cuchillos y un hacha en el interior.

Sin miedo

Ayer miles de personas abarrotaron al mediodía la Plaza de Cataluña, en Barcelona, en una concentración encabezada por diversas autoridades para homenajear a las víctimas de los atentados en dicha ciudad y Cambrils, que terminó con gritos en catalán de “no tinc por” (“no tengo miedo”).

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El rey Felipe VI, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el jefe del gobierno catalán, Carles Puigdemont, llegaron juntos a la concentración, ofreciendo la primera imagen de unidad institucional desde que se produjeron los atentados, y dejan por un momento lo que los enfrenta: el independentismo catalán.

Miles de asistentes improvisaron tras el minuto de silencio una marcha que recorrió el mortífero trayecto que hizo la furgoneta el jueves por la tarde en Las Ramblas, el corazón turístico de la capital catalana.

En otros países también se realizaron actos en honor a las víctimas. (I)