La noticia de que el propietario de una piscina en el sureste de Francia quiere hacerle pagar el costo de su desinfección a una mujer porque se bañó en burkini fue denunciado la semana anterior por el Colectivo Francés contra la Islamofobia (CCIF), publicó el diario español El País.

El hecho retomó el debate sobre el uso de esta prenda que sigue dividiendo al país galo.

El CCIF asumió el caso y examina con la afectada las posibilidades de una demanda, explica a El País Lila Charef, codirectora de esta asociación que defiende en Francia a musulmanes víctimas de discriminación, racismo o violencia.

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“Los hechos son sencillos”, resume en un correo electrónico. “Una mujer de vacaciones que se alegraba de pasar una agradable temporada de verano ha sido tratada como una cochina porque se bañó en la piscina con un burkini”, dijo Charef.

La batalla del burkini no se acaba aún en Francia, donde la justicia avala que empresas prohíban el velo en el trabajo.

La mujer, que estaba con su marido y sus tres hijos en un complejo que había reservado para una semana cerca de Marsella, se bañó sin problemas el primer día con esta prenda islámica hecha con un material similar que los bañadores y que cubre el cabello y el cuerpo, a excepción de los pies, las manos y la cara. El segundo día le prohibieron el ingreso a la piscina y le retuvieron el dinero de la garantía, 490 euros, a la espera de que pague la desinfección de la piscina. (I)