“Cogí un taxi medio nuevo, pero cuando me subí y ya iba en marcha el olor a gas era insoportable. Tuve que bajarme y el taxista se puso bravo porque le reclamé que cómo puede andar así”, contó Mario Guerrero, un oficinista, de 33 años, a quien se le habría impregnado en la ropa el olor a combustible.

Aquello ocurrió hace mes y medio, dice, cuando por una urgencia personal tuvo que parar un taxi, al mediodía, en el centro de Guayaquil. Por ello, para movilizarse, agrega, suele llamar carros a través de plataformas tecnológicas o les pide a sus conocidos que le hagan el servicio de transporte.

A Ángela Sánchez, universitaria, de 21 años, le molesta que algunos taxis no la quieran llevar del sur al norte o viceversa, a determinadas horas del día. “Entre las 12:00 y las 14:00 no quieren ir, porque supuestamente están lejos, que no van para el norte (Alborada, Sauces, Urdesa y otros); que hay tráfico. Lo mismo (ocurre) a las 17:00 o 18:00. Entonces para qué son taxistas”, cuestiona la joven.

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El olor a gas en ciertas unidades, el que no quieran realizar algunas carreras y que no usen taxímetro son las quejas más reiterativas de quienes utilizan el servicio de taxi convencional, amarillo, en Guayaquil.

George Mera, presidente de la Unión de Cooperativas de Taxistas del Guayas, dice que son unos pocos los que aún hacen quedar mal al gremio.

De las 12.000 unidades amarillas que tienen registradas en la provincia, 10.000 dan el servicio en esta ciudad y pertenecen a 121 cooperativas, de las 138 existentes en Guayas.

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Según Mera, no pasan de 1.000 los taxis que utilizan un sistema de gas y que tienen una regulación técnica, como establece la ley, además de pasar por las dos revisiones técnicas vehiculares anuales, como establece la normativa local, mientras, agrega, los particulares y quienes dan el servicio de manera ilegal pasan solo por una revisión al año.

De las carreras a las que se niegan ciertos taxistas, Mera dice que sería por seguridad, ya que a veces el conductor cree que podría estar en riesgo, como en zonas apartadas, y convertirse en víctima de la delincuencia. “La disposición para el taxismo es que no se deje a nadie, salvo que haya peligro”.

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Según él, con la actual crisis económica y con la competencia desleal que tendrían, tres ‘taxis’ piratas por cada amarillo, no están en condiciones de negarse a las carreras. (I)

121
Cooperativas de taxis, de las 138 del Guayas, están en Guayaquil y representan a 10.000 unidades, según gremio.

1.000
Taxis tendrían sistema de gas, como dispone la ley, asegura gremio. Pasan por dos revisiones al año, dicen.

0,45
Centavos es el costo de arranque de la aplicación tecnológica Un Taxi, dice gremio. Carreras mínimas: entre $ 1,50 y $ 2.

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