El tratamiento de la proforma presupuestaria 2017 sería en agosto, según informó ayer el presidente de la Asamblea, José Serrano (Alianza PAIS).

El legislador indicó que tras hablar con el presidente de la República, Lenín Moreno, se conoce que la proforma presupuestaria sería remitida a más tardar la próxima semana. También dijo que Moreno anunciará, esta semana, la conformación de un equipo de trabajo para una prerrevisión y así se pueda avanzar de manera efectiva en agosto próximo.

Hasta ayer se conocía que la proforma sería enviada hasta el viernes, pero por vacancia legislativa se la trataría en agosto.

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En año electoral, el anterior Gobierno trabajó con la proforma prorrogada del 2016, que debe ser ajustada por el actual. Sin embargo, analistas no creen que se presentarían cambios dramáticos.

Esto pese a que el ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, había anunciado hace algunas semanas que en la nueva proforma se bajaría a $ 4.589 millones el déficit, es decir, un 4,5% del PIB.

En la Ejecución Presupuestaria de Finanzas, el déficit a diciembre del 2016 fue de $ 6.089 millones (6% del PIB); mientras que en lo que va del año (hasta junio) se ha presentado un déficit de $ 2.021 millones, que es diez veces superior al registrado hasta junio del 2016.

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Para Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, no se ve que el Gobierno tome medidas que promuevan incremento de ingresos o baja de gastos. Más bien considera que este año la proforma quedaría prácticamente parecida al del año pasado; pero para el 2018 sí se podrían tomar medidas de ajuste, como por ejemplo subir el IVA unos 3 puntos, que significaría el ingreso de $ 1.500 millones. Considera que se presentaría una propuesta con ingresos sobrestimados. Si esto sucede, al final del año es que los niveles de atrasos serán altos y podrán significar un lastre para el 2018.

Para Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Económica, la proforma no tendrá cambios importantes. Explicó que para bajar el gasto público se podría bajar el de personal, pero esto no está en la agenda política del actual régimen. La otra opción es bajar la inversión pública. Adicionalmente, podría haber un incremento de impuestos o baja de subsidios, por ejemplo, en el tema combustibles. Sin embargo, explicó, tampoco se ve que el Gobierno esté animado a tomar esta medida que sería impopular. En este sentido, consideró que la meta del 4,5% de déficit no es viable.

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Pablo Zambrano, catedrático universitario, no cree que haya paquetazos económicos a la vista. Pero considera que se podría apelar a una eliminación paulatina del subsidio a los combustibles desde el próximo año. En el tema de personal, se bajaría el gasto sin renovar los contratos a funcionarios sin nombramiento. (I)