Trabajadores y tripulantes de Tame EP defendieron este lunes la administración del gerente Christian González, quien presentó su renuncia, tras el percance del vuelo 173 con destino a Cuenca. González les informó que renuncia por pedido de autoridades superiores.

El problema surgió porque el vuelo no pudo aterrizar por dificultades de visibilidad. En este viajaban los militantes de AP Fernando Cordero y Doris Soliz, quienes reclamaron que se los llevara a su destino.

Sin embargo, Anabel Villarroel, representante de tripulantes de Cabina de Pasajeros, con 30 años de experiencia, aseguró el lunes que el capitán veló por la seguridad de todos los pasajeros. “No se puede obligar a aterrizar un vuelo si no había la visibilidad suficiente”, explicó. El problema que tiene Tame EP es que carece de un sistema RNAV. Sin este no es seguro aterrizar sin condiciones mínimas de visibilidad.

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El viernes, el gerente de la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas, Jorge Wated, anunció en su Twitter: “Hemos realizado los cambios administrativos y correcciones para que resuelvan los problemas de eficiencia y transparencia”. Luego aclaró que el problema no era la decisión de no aterrizar, sino el trato posterior a los pasajeros.

Tame, por su parte, emitió un comunicado en el que se dijo que el piloto siguió los procedimientos de rigor y que 32 de los 102 pasajeros en una actitud disruptiva decidieron no bajarse del avión, impidiendo las operaciones programadas y causando perjuicios a operaciones de otras rutas.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empleados de Tame EP, Mauricio Naranjo, pidió que haya continuidad en la administración y que no se la trate como un ministerio. (I)