Los ponchos rojos de los hombres, que llevaron consigo azadones como personas dedicadas al trabajo en el campo agrícola, así como el anaco con bayeta (especie de chalina) de las mujeres, todos luciendo sombreros, se observó en el desfile que se realizó el sábado pasado por los 76 años de parroquialización de San Fernando.

“Esta es nuestra vestimenta (anaco y bayeta). Nosotros somos indígenas y debemos sentirnos orgullosos de lo que nuestros padres y abuelos nos dejaron como herencia, que es nuestra identidad, pero que lamentablemente nuestros jóvenes no la quieren seguir, por esa razón queremos que se rescate la forma de vestirse de nuestro pueblo”, manifestó María Quinfia, directora del grupo evangélico Alfa y Omega.

Enseñar quichua
Comentó que también a los profesores les piden que a sus hijos y nietos les enseñen en la lengua materna, que es el quichua, porque no quieren que se pierda lo que es parte de la cultura ancestral.

Publicidad

La participación de la asociación de Trabajadores Autónomos Unidos Venceremos estuvo matizada por música ecuatoriana tocada con la ayuda de una guitarra y acordeón. Manuel Quishpe, vicepresidente de la agrupación, expresó que es parte de lo autóctono, que así es como se hacían antes las fiestas en las comunidades de San Fernando.

Falta motivación

Considera que falta motivación para que la gente de la parroquia continúe vistiendo y hablando como los antepasados, además confiesa que la migración en busca de trabajo de los comuneros a otros centros poblados también incide en que haya menos personas que sigan con estas tradiciones.

Aunque María Shulqui comentó que a su hijo Chito Shulqui, 11 años, sí le enseña tanto a vestirse como sus antepasados y también a hablar el quichua. “Es que es parte de nuestra identidad y no tenemos que dejar que se pierda”, aseveró.

Publicidad

Medicina ancestral

María Olobacha, presidenta de la asociación Flor de Vida, dijo que en la organización trabajan quince mujeres y dos hombres en la conservación de la medicina ancestral con el uso de yerbas y plantas de la zona, igual como lo hacían los antepasados para curar diferentes enfermedades.

Confesó que elaboran extractos de eucalipto y valeriana, así como secado de mashua para hacer té, además de champú de menta, caramelos de eucalipto, entre otros productos naturales que los venden en el mercado América de Ambato.

Publicidad

Talleres

Verónica Shulqui, vocal de la junta parroquial de San Fernando, aseguró que el desfile es un espacio que permitió a las comunidades y asociaciones dar a conocer algo de las costumbres y tradiciones que tiene el pueblo como un legado de los antepasados de la zona, así como la producción tanto agrícola como ganadera.

No ocultó su preocupación al señalar que las personas adultas mayores son las que en más porcentaje aún mantienen las vestimentas autóctonas, que por esa razón a través de la junta parroquial se llega con charlas y talleres para los jóvenes y niños para que se rescate lo que es parte de la identidad de los pobladores de San Fernando.

Asimismo, el presidente de la junta parroquial de San Fernando, Fernando Cayambe, consideró que el desfile es un elemento demostrativo para que los niños y jóvenes tomen conciencia de las vestimentas que utilizan los adultos mayores para que ellos también adopten esta forma de presentarse. (I)