Colibríes, papagayos, albatros ojerosos y fragatas son algunas de las aves de la fauna ecuatoriana que Rosi Bohórquez plasma en sus vasijas de cerámica.

Esta escultora guarandeña también lleva ocho años en la técnica de pintura, la cual pone en práctica en sus obras con arcilla.

“Los moldes de arcilla los elaboro dándoles forma y me toma casi un día”, comenta Bohórquez, quien creó Pumamaqui, tienda en la que se venden sus artesanías.

Publicidad

“Pumamaqui significa mano de puma en quichua. Decidí ponerle este nombre porque creo que todos los artistas tenemos mano de puma”, agrega la guarandeña.

Su apego por las aves ecuatorianas, cuenta, nació mientras navegaba en Instagram y descubrió la “majestuosidad de la naturaleza” en las imágenes de un fotógrafo.

Desde entonces comenzó a investigar sobre las especies de aves. Una de sus favoritas, asegura, es el piquero de patas azules, porque esta ave no nace con las patas de este color.

Publicidad

“Yo no tomo fotografías. Hago esculturas, así que concluí que la mejor forma de expresar mi amor por ellas era dibujándolas en los moldes”, manifiesta Bohórquez.

Además realiza esculturas en miniatura con mazapán. En ellas, explica, quiere resaltar símbolos de la cultura ecuatoriana. Entre ellos se encuentra el típico guineo empastado, la espumilla, el pan denominado cara sucia y la oveja.

Publicidad

“El mazapán lo hago con maicena, goma, aceite de coco y limón. Espero dos días hasta que se seque, hago las formas, que por lo general son de comidas, y después las pinto”, explica la artista.

Estas miniesculturas son vendidas como pendientes para collares y aretes.

Sus esculturas se pueden encontrar en su página oficial de Instagram, como pumamaqui_ec. (I)