Desde hace dos días el expresidente peruano Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, permanecen encarcelados en Lima, ya que fueron sentenciados a 18 meses de prisión preventiva, acusados de lavado de dinero y de asociación ilícita para delinquir.

Antes, el expresidente de Guatemala Otto Pérez fue a prisión acusado de presunto cobro de soborno y de fraude, al liderar una organización aduanera que estafó al fisco en millones de dólares.

En estos días, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva fue sentenciado en primera instancia a nueve años y seis meses de cárcel acusado de corrupción y lavado de dinero.

Publicidad

Los tres casos demuestran que el poder político y el dinero no son suficientes para garantizar impunidad en los países en los que la justicia obra con independencia y se quiere combatir la corrupción.

En nuestro país, estamos en un momento en el que la lucha contra la impunidad es urgente y necesaria. Corresponde a la ciudadanía exigir que se aplique rigurosamente la ley e identificar a quienes impiden el progreso de las investigaciones para sancionarlos con el rechazo social y político. (O)