Subirse al árbol de mango en compañía de varios amigos y vecinos del barrio era la afición que tenía de pequeño Pedro Ortega, presidente de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, cuando jugaba en el parque Pedro Carbo, que tenía bordillos y el piso de tierra.

Hoy, a sus 48 años, dice que le sigue gustando este parque con una imagen ahora regenerada, ubicado en el mismo sitio, frente a la iglesia de La Merced (en Víctor Manuel Rendón y Pedro Carbo), en pleno centro, donde vivió hasta los 12 años.

Es cerca del mediodía del pasado domingo y al pie de la imagen del político y escritor Pedro Carbo recuerda que vivía en el cuarto piso de un edificio esquinero de P. Icaza y Pedro Carbo, desde donde se deleitaba viendo los desfiles, la tradicional parada militar y hasta los mítines de varios políticos cuando se dio el retorno de la democracia en el país.

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De esa época reseña que la mayoría de las casas en esta zona céntrica eran de tipo colonial, de dos pisos y de madera, y que la única entidad que existía era la Sociedad Española de Beneficencia.

“En la esquina donde está la estación de la Metrovía era una sola manzana (...). No existía Corporación Financiera, no existía Banco Central, no existía Fiscalía del Guayas...”, comenta Ortega mientras detalla cada entidad.

Baja la mirada hacia el piso del parque y señala el sitio en que dice había una calle pequeña, donde la gente aprendía a conducir bicicleta, y otra calle que fue cerrada hace unos 30 años por tema de ornato.

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Entre los políticos que recuerda haber visto en persona fue al expresidente fallecido Sixto Durán-Ballén, que llenó toda la plaza Rocafuerte.

Su residencia en el casco comercial le permitió también ver crecer el edificio San Francisco 300 y la construcción del Banco Central, que estuvo algunos años en abandono.

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Sonríe y agrega que siente orgullo de haber nacido en el corazón de Guayaquil, la cual está embellecida. “Es una ciudad que nunca se detiene, que crece a ritmos agigantados y asimismo como crece físicamente, crece en la madurez (...) existe otro tipo de mentalidad que hace enriquecer el potencial turístico y humano”.

El malecón Simón Bolívar y las librerías son sus sitios preferidos. Y si de comer se trata, prefiere hacerlo en las huecas del centro y degustar el seco de chivo, el arroz con menestra, la guatita o el cebiche. (I)

Pienso que hay que apuntar al tema de que el turismo lo hagan todas las personas, no solo las instituciones, para fortalecer más el tema de promoción de la ciudad.Pedro Ortega, presidente de la Corte de Justicia del Guayas