Los mensajes musicales en emisora guayaquileñas

Hasta más allá de la segunda mitad del siglo XX, las radioemisoras guayaquileñas mantuvieron sintonizados espacios de saludos musicales que contrataban los vecinos de la ciudad y de sectores urbanos y rurales de provincias hermanas, para felicitar a sus familiares y amigos por diferentes motivos: cumpleaños, onomásticos, Día de la Madre y del Padre, acuartelamiento, viajes al exterior, graduaciones, etcétera.

Populares estaciones como Cristal, Cóndor, Ondas del Pacífico, América y algunas otras hacían escuchar durante sus audiciones diarias una gama de sentidos mensajes congratulatorios que remataban, en su mayoría, con canciones de diferentes ritmos y acertado contenido. Por un precio módico en sucres, los homenajeados escuchaban tres temas de moda que incluían boleros, valses, pasillos, rancheras y los alegres porros y picarescas guarachas.

En medio del vertiginoso ingreso de la televisión en numerosos hogares de la metrópoli, la radio no perdió su hegemonía y con ella sus programaciones siguieron adelante hasta que vientos de modernización y noveleros conceptos determinaron la creciente ausencia de este tipo de programas.

Actualmente, existen muchas radioemisoras que reciben las llamadas de sus oyentes para que les hagan escuchar las canciones de su preferencia o en su lugar para que saluden a sus parientes y allegados con los temas que ellos o el conductor del programa sugieren. Un buen ejemplo de esto es la radio Revolución, en la que el locutor, conocido como Pelo de Choclo, dirige por largo tiempo un animado espacio matutino.

Caso exitoso en este género de programación fue el de Anita Huancayo Atocha, quien en radio Cóndor logró seguidores por el programa Guayaquil Radiado. Ella, con una voz y léxico especiales, improvisaba mensajes que daban jerarquía al espacio. Pero no faltaron los bromistas que decían que en ocasiones doña Anita equivocó el tema y que a nombre del novio dedicó el valse Tu culpa (Tronco seco) a la novia, y en otro momento la enamorada respondió con el porro-guaracha La pacharaca. (I)