Otra costumbre guayaquileña que felizmente no sucumbe de manera total a la modernidad es la presencia de los vendedores de pan, que al promediar la tarde desarrollan su actividad por las calles de la ciudad y ofrecen al vecindario variadas y sabrosas preparaciones (rosas, palanquetas, enrollados, briollos, roscas, palillos, etcétera), recién salidas del horno tradicional de leña o de los que en la época actual funcionan con gas.

Por lo general, los panaderos o vendedores de pan de antaño al iniciar su esperado recorrido vespertino se enganchaban en ambos brazos las grandes canastas de carrizo que colmaban del pan oloroso y fresco producido por las numerosas panaderías que funcionaban en muchos barrios. Cada individuo tenía su clientela conocida y una hora casi inalterable para visitar el barrio de su preferencia.

Amas de casa, jefes de familia y los más pequeños de la prole se mantenían atentos a la llegada del panadero, para evitar quedarse sin comprar la ración que consumirían esa tarde o noche y lo que también podría ser parte de su desayuno del día siguiente. El panadero solía emprender su itinerario a pie mientras pregonaba su producto, pero después algunos optaron por hacerlo en bicicleta y en los últimos años en moto.

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Con los cambios que trajo la regeneración urbana y la apertura de muchos establecimientos dedicados a la preparación de los panes y dulces, los panaderos de nuestra referencia parece que prefirieron hacer sus visitas a las barriadas populares alejadas del sector céntrico e igualmente a las ciudadelas que carecen del servicio de panaderías y hacen que su presencia se convierta en conocida y necesaria.

Los panaderos del Guayaquil de antaño abonaron mucho en favor de la identidad y memoria de la ciudad, mientras que los de la metrópoli del siglo XXI anhelan continuar en esa tarea emblemática que resulta de sabrosa añoranza. Hasta tanto el vecindario mantiene aquellas ocurridas sentencias legadas por sus mayores: ¡Pan con mi dinero, no le debo al panadero! Y ¡en la boca del horno se quema el pan! (F)