Las fuerzas de seguridad siria persiguieron el domingo tres vehículos cargados de explosivos en Damasco y lograron interceptar a dos en retenes pero un tercero estalló en el centro de la ciudad, donde causó la muerte de al menos ocho personas, informaron la prensa estatal y otros medios.

El ataque concretado fue muy particular porque ocurrió en el corazón de la capital siria antes de la hora de mayor afluencia de tránsito en el primer día laboral después de un importante feriado musulmán.

El Ministerio del Interior dijo que las fuerzas de seguridad persiguieron a los tres vehículos e interceptaron a dos en retenes en el camino que conduce al aeropuerto. El tercero llegó hasta el centro de la ciudad, donde el atacante suicida hizo estallar sus explosivos en la plaza Tahreer.

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El ministro sirio de Administración Local, Hussein Makhlouf, dijo que la reacción oportuna fue un "triunfo importante para neutralizar una conjura" que tenía como fin causar numerosas víctimas.

Sin embargo, diversas versiones no coincidían en la cifra de víctimas.

La televisión estatal sirio dijo que ocho personas murieron y 12 resultaron heridas por el estallido cerca de la ciudad antigua de Damasco. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña y que da seguimiento a la lucha armada interna con personas en el terreno de los hechos, informó que hubo por lo menos 12 fallecidos.

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Por su parte, la televisora al-Manar TV de Líbano, vinculada con Jezbolá, y que tiene estrechos vínculos con el gobierno sirio, y el grupo activista sirio Diary of a Mortar, dijeron que 19 personas habían perdido la vida.

La televisión estatal difundió imágenes de dos vehículos chamuscados en el camino al aeropuerto, así como de la plaza Tahreer en las que se ve un inmueble y varios vehículos dañados en una pequeña glorieta.

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Este tipo de ataques son relativamente raros en Damasco, el asiento del poder del presidente Bashar Assad, quien se presentó varias veces en público la semana pasada en una muestra de que tiene mayor confianza después de más de seis años de rebelión en el país.

Las fuerzas progubernamentales han librado intensos combates en los suburbios de Damasco e impedido que los rebeldes actúen en el centro de la ciudad en lo que va del conflicto armado interno.

En los últimos días, los soldados sirios y sus fuerzas aliadas han intentado expulsar a los rebeldes de Ain Terma y Jobar, zonas contiguas al perímetro oriental de la ciudad. La insurgencia controla ambas zonas desde 2011.

Los rebeldes dijeron que las fuerzas gubernamentales los atacaron con gas cloro durante la noche. El Observatorio señalo que 12 combatientes sufrieron sofocación y recibieron atención médica.

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El ejército sirio rechazó esa afirmación sin que hubiera forma de verificar ambas versiones de manera independiente.

Los ataques ocurrieron días antes de que se reanuden las conversaciones auspiciadas por Rusia en la capital de Kazajistán, Astaná, donde ambas partes acordaron este año un alto el fuego que ha sufrido violaciones reiteradas. Se espera que la nueva ronda de conversaciones trace "zonas de desescalada". Las autoridades rusas señalan que en las negociaciones también se tratará la formación de un comité nacional sirio de reconciliación. (I)