Se acababa de enterar de la restricción vehicular en la avenida José María Egas, en un tramo que concentra unos 125 locales comerciales, desde la Isidro Ayora hasta la Rodolfo Baquerizo Nazur, y el rostro de Rosa Guamán denotaba una angustia, que desató lágrimas.

“Estoy preocupada porque tengo que pagar al Banco (préstamo) seiscientos (dólares) mensuales y de alquiler tengo que pagar quinientos al mes. No sé qué voy a hacer”, refirió la mujer que tiene un negocio de jugos, batidos y tostadas en la manzana I-H, villa 2.

Desde la mañana de ayer, un trayecto de 400 metros lineales de esa arteria importante, entre la quinta y cuarta etapa de la Alborada, se cerró por trabajos municipales de repavimentación y ampliación de dos a cuatro carriles de circulación.

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Para ello, explicó Fabián Salazar, superintendente de la obra por el contratista Hugo Luna, se eliminarán los espacios para estacionarse que hay en los costados izquierdo y derecho de la José María Egas.

Esos trabajos son parte de la obra complementaria a la construcción del puente sobre el río Daule para unir Samborondón con Guayaquil.

Con esta solución vial los cabildos de ambas ciudades prevén descongestionar el complejo de la Unidad Nacional, cuyo flujo vehicular satura la avenida Pedro Menéndez Gilbert.

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Guamán, quien lleva 10 años en el sector, contó que hace tres meses obtuvo un préstamo de nueve mil dólares de la banca privada y con ese capital compró vitrinas, un samovar, una cocina y demás utensilios.

Su idea, dijo, era preparar comida rápida por las noches y así tener más ingresos. Sin embargo, el cierre de la José María Egas trastocó sus planes y los de muchos otros dueños de negocios como locales de venta de ropa, peluquerías, centros odontológicos, restaurantes, cafeterías, farmacias y otros que hay en el sitio.

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Salazar refirió que los trabajos en ese tramo se ejecutarían en tres meses, pues la intervención total de la avenida, desde la autopista Narcisa de Jesús hasta la Francisco de Orellana tiene un plazo de ocho meses.

Allí, agregó, la obra implica el cambio de las redes de tuberías de alcantarillado sanitario que ya cumplieron su tiempo de vida útil, entre otros arreglos.

Kimberly Montenegro alquiló recientemente un local para ponerse un restaurante de comida típica al que denominó El Baratón del Sabor.

Según anuncia una pancarta adherida en la parte superior del local, la inauguración del negocio estaba prevista para este sábado, pero el martes pasado al enterarse del cierre de la avenida, Montenegro cambió de decisión y la pospondrá.

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“Mejor me voy a esperar hasta octubre, como dicen que esto va a durar tres meses, porque abrir el negocio con la calle cerrada me va a representar más pérdidas que ganancias”, señaló y agregó que hablaría con la dueña del local para que le haga una consideración en el cobro del alquiler durante el periodo que duren las obras.

Cristóbal Reyes, propietario de una picantería en la manzana D-E villa 2, mencionó que él analiza la posibilidad de irse a alquilar a otro sitio, pues el cierre de la avenida supone una afectación en los negocios.

“Tendré que irme a otro lado porque no podría mantenerme aquí solo para perder”, añadió.

La mañana de ayer un taladro y una retroexcavadora removían el pavimento desde la Rodolfo Baquerizo hacia la Isidro Ayora. Agentes de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) se mantenían allí. (I)

Detalles
La obra

En la José María Egas
La intervención de la av. José María Egas empezó desde la avenida Narcisa de Jesús hasta la av. Rodrigo Icaza. Posteriormente, los trabajos avanzaron desde allí hasta la Antonio Parra Velasco, donde permanece cerrada en los dos carriles. En ese tramo, además, se retirarán 88 árboles de diferentes especies como parte de la ampliación a seis carriles que recibirán el tráfico proveniente del puente.

Inversión
De acuerdo con una pancarta instalada en el sitio de la obra demanda una inversión de $ 5’250.572,99.