Un camión cisterna con 40 mil litros de gasolina se accidenta y se derrama el combustible. Una muchedumbre, entre ellas mujeres y niños, llega con vasijas y otros recipientes para llevarse el carburante. De repente el tanque explota, arrasa con todo y mata a 153 personas.

Ocurrió en la provincia pakistaní de Punyab. Otras cien personas resultaron heridas, varias de ellas tienen el 80% de quemaduras en sus cuerpos, por lo que se teme que el número de víctimas aumente, según un médico.

“Es probable que el número de muertos siga aumentando, pues decenas de personas siguen en estado crítico”, confirmó Mohammad Baqar, un alto funcionario de las operaciones de rescate en la zona.

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Seis vehículos y 12 motocicletas quedaron calcinados.

Medios locales mostraron nubes de humo negro y decenas de cuerpos quemados, así como rescatistas llevando a los heridos a hospitales, algunos con la ayuda de helicópteros.

Juguete bomba
En una zona tribal del noroeste de Pakistán, fronteriza con Afganistán, seis niños murieron en la explosión de un juguete bomba.

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El artefacto estalló en el pueblo de Speenmark, en el distrito tribal de Waziristán del Sur. “Seis niños de entre 6 y 12 años, todos varones, murieron por la explosión de un juguete bomba y otros dos están gravemente heridos”, refirió un responsable del Gobierno local.

En los últimos años, ataques similares han matado a decenas de niños. En la zona operan insurgentes talibanes y yihadistas de Al Qaeda. (I)