Una nueva semana tensa le espera al presidente brasileño, Michel Temer, quien tenía previsto llegar esta madrugada de una gira por Rusia y Noruega. Las investigaciones cobran fuerza contra el mandatario, que tiene uno de los peores registros de popularidad.

Con el 7%, según el último sondeo de Datafolha, el mandatario tiene el menor índice de aceptación desde 1989, cuando el entonces presidente José Sarney tuvo un 5%.

El 69% de los encuestados calificó como pésima la gestión de Temer y el 23% como regular, puntos que para Sarney habían sido 28 años atrás del 68% y el 24%, respectivamente.

Publicidad

La mayoría de la población exige la salida del mandatario, que logró salvarse en el reciente juicio del Tribunal Superior Electoral por una supuesta financiación ilegal a la campaña del 2014.

Temer afronta varias acusaciones. En el reciente mayor escándalo de sobornos, el mandatario fue acusado de haber recibido $ 4,6 millones, a cambio de favores, según la confesión de Joesley Batista, directivo del gigante cárnico JBS.

También el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió $ 50 millones de soborno y $ 30 la exmandataria Dilma Rousseff, según Batista.

Publicidad

En un informe preliminar, la Policía Federal concluyó que Temer habría incurrido en el delito de “corrupción pasiva”.

El mandatario también es investigado por obstrucción a la justicia, con base en las denuncias de Batista.

Publicidad

Un audio de la conversación entre Temer y Batista que incrimina al mandatario no fue editado, concluyó una pericia de la Policía Federal de Brasil.

El Supremo Tribunal Federal entregó un primer documento a la Fiscalía General abriendo un plazo de cinco días, hasta el próximo martes 27, para que la instancia formalice o no una denuncia contra el presidente brasileño. (I)