Las autoridades ya lo habían advertido, Bogotá es vulnerable y la amenaza de atentados aumentaba. La premonición se cumplió la tarde y noche del pasado sábado con el estallido de material explosivo colocado en un baño de mujeres de un concurrido centro comercial de la capital colombiana, que mató a tres personas, dejó a otras once heridas y desató el pánico.

Fue el segundo atentado de gravedad este año en Bogotá. El 19 de febrero, una explosión dejó un policía muerto y 23 uniformados y 2 civiles heridos, en un hecho atribuido a la guerrilla ELN.

El presidente Juan Manuel Santos, quien citó ayer a un Consejo de Seguridad, prometió capturar a los responsables y ofreció una recompensa de 100 millones de pesos ($ 35 mil) por información sobre el atentado ocurrido en el centro comercial Andino, donde familias hacían compras por el Día del Padre.

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Tres hipótesis maneja el Gobierno sobre el ataque y los mantiene en reserva por la investigación en curso. No obstante, los autores del atentado podrían ser miembros del Movimiento Revolucionario Popular (MRP), que en los últimos años ha incrementado su actividad terrorista en el país, según El Tiempo, que cita a fuentes del Gobierno.

El grupo ya se ha manifestado con actos terroristas en los últimos años. En agosto pasado se atribuyó un ataque con petardos. Autoridades de inteligencia han detectado vínculos con miembros del ELN y con extremistas de la Universidad Nacional, según el medio.

El ataque hizo que la atención se centrara inicialmente en el ELN, el último grupo rebelde activo en el país y que está en proceso de paz con el Gobierno. Esta guerrilla ha realizado una oleada de ataques recientemente en Bogotá, pero sus líderes negaron participación alguna en la explosión.

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Algunos analistas atribuyen el aumento de violencia al deseo del ELN de obtener mejores concesiones en la mesa de negociaciones.

Santos dijo que no permitirá que extremistas frenen los esfuerzos de paz que ya resultaron en un acuerdo con la guerrilla de las FARC.

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El analista Víctor De Currea-Lugo consideró poco probable que el ataque proviniera de las FARC o del ELN e indicó que hay sectores que buscan sabotear el proceso de paz.

“Hay unos grupos armados de extrema derecha de corte paramilitar que son responsables del asesinato de líderes sociales y de acciones contrarias a la paz”, afirmó.

Sin embargo, la violencia también se advirtió del lado de grupos criminales. A mediados de mayo pasado, la Alcaldía de Bogotá pidió a los ciudadanos estar alerta ante la amenaza de carros bomba en Bogotá y en Medellín por la banda el Clan del Golfo e indicó que se habían desactivado paquetes bomba.

El grupo surgió de remanentes de grupos paramilitares desmovilizados en 2006 y se dedica al narcotráfico. Más de 1.300 miembros han sido capturados y 52 cabecillas abatidos, publicó el espectador.com. (I)

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Ataques

2017, febrero
Un policía murió y otros 27 resultaron heridos en un ataque en Bogotá. La guerrilla del ELN se atribuyó el hecho.

2016, marzo
Diez personas resultaron heridas por la explosión de una bomba cuando iban en un bus de la Armada.

2015, febrero
Material explosivo, con el que se pretendía atacar un puesto policial móvil, fue descubierto a tiempo y activado de manera controlada.

2015, marzo
Cinco agentes y dos civiles resultaron heridos en una explosión durante una caravana policial. (I)