Una solemne Isabel II guardó un minuto de silencio el sábado por los fallecidos en el incendio de una torre de apartamentos, mientras los exhaustos bomberos de la capital británica seguían buscando a más víctimas del infierno que causó al menos 30 muertos.

Crece la indignación popular por a medida que residentes y vecinos exigen saber por qué las llamas se propagaron con tanta rapidez. Según informaciones, los contratistas colocaron un revestimiento exterior más barato y menos resistente a las llamas durante la renovación de la Torre Grenfell, que se terminó en mayo de 2016.

La policía londinense dijo que 58 personas están desaparecidas y se las da por muertas.

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El comandante Stuart Cundy dijo que esta cifra, basada en informes del público, podría aumentar, y que tomará varias semanas recuperar e identificar a todos los muertos.

La búsqueda de los restos, detenida por problemas de seguridad, se ha reanudado y los socorristas han llegado al piso 24, el más alto de la torre, añadió.

Isabel II de Inglaterra celebró su cumpleaños oficial el sábado diciendo que Gran Bretaña sigue "resuelta frente a la adversidad" tras el horrible incendio y los recientes ataques extremistas en Londres y Manchester.

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La reina, de 91 años, señaló que es "difícil escapar a este ambiente tan sombrío" en el que habitualmente es un día de celebraciones. Acompañada por su nieto, el príncipe Guillermo, Isabel II visitó a los sobrevivientes el viernes.

Cientos de personas perdieron sus casas en el incendio, lo que eleva la presión sobre los responsables de una ciudad aquejada de un déficit crónico de viviendas.

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El gobierno se comprometió a realizar una investigación pública completa, pero esto no calmó la sensación de frustración por la falta de información sobre el incidente.

Expertos en ingeniería y en seguridad contra incendios creen que los paneles del revestimiento exterior del inmueble pudieron haber avivado las llamas, sobrepasando los sistemas de protección. Funcionarios británicos ordenaron una revisión de otros edificios con reformas similares.

El devastador siniestro registrado en la madrugada del miércoles incrementó la presión sobre la primera ministra, Theresa May, y sus principales ministros. La dirigente, que fue abucheada durante una visita a la comunidad el viernes, tiene una menor autoridad tras un revés electoral que dejó a su Partido Conservador sin mayoría parlamentaria.

La tragedia provocó una enorme respuesta entre las comunidades cercanas, que donaron comida y alojamientos para las víctimas. Por el momento se han recaudado más de tres millones de libras (3,8 millones de dólares) para los afectados, y el gobierno británico anunció un fondo de emergencia de cinco millones de libras (6,3 millones de dólares).

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Muchos de los desplazados están alojados en Iglesias y centros comunitarios. Tienen suficiente comida y agua, pero carecen de privacidad o camas adecuadas.

Cerca de las oficinas municipales de Kensington y Chelsea se registraron disturbios en viernes cuando los manifestantes, que coreaban lemas como “¡Queremos justicia!”, se dirigieron a la entrada de los edificios.

Algunos residentes habían advertido meses atrás que la torre corría un peligroso riesgo de incendios. Sostienen que sus quejas fueron ignoradas. (I)