Seis parejas contrajeron matrimonio eclesiástico y se convirtieron el pasado lunes en una especie de símbolo de recordación de los 134 años de la muerte de la beata Mercedes de Jesús Molina. En el acto, las seis emocionadas parejas recibieron como recuerdo una imagen de la religiosa, elaborada en fibra de vidrio.

La celebración del matrimonio se llevó a cabo en la parroquia que lleva el nombre de la beata, ubicada en Samanes 5, en el norte de Guayaquil, en cuya área se levanta la cruz del papa Juan Pablo II, en recuerdo de su llegada a la ciudad.

Cada una de las parejas tenía una historia de amor que contar y un cúmulo de fe por demostrar. Y lo hicieron. Vivieron, según ellos, uno de los días más felices de sus vidas.

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Es el caso de Verónica Espinel y Gastón Aragundi, quienes después de 13 años de casados ante la ley decidieron unir sus corazones ante Dios.

Asimismo, lo hicieron Guillermo Clemente Castillo y Melba del Rocío Landívar, ellos se casaron ante la ley en el 2010, hace 7 años.

El obispo auxiliar Giovanni Bautista Piccioli presidió la misa y en el momento de las ofrendas se pidió que la patrona de esta iglesia cuide la fidelidad y el amor de estas parejas.

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Al culminar la misa y recibir los obsequios, 45 jóvenes del grupo juvenil de la parroquia realizaron una calle de honor, en el exterior los asistentes lanzaron pétalos de rosas rojas.

Freddy Arturo Valencia, párroco de la iglesia, agradeció por la participación a los feligreses y felicitó a los esposos que han demostrado el amor a sus parejas.

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Agregó que ese día también se celebraron los 35 años de vida sacerdotal del padre italiano Giovanni Bautista Piccioli, obispo auxiliar.

La beata fundó el primer instituto de educación para las mujeres y fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 1 de febrero de 1985, durante su visita a Guayaquil. Sus restos están en Riobamba, en la casa donde fundó la Congregación de las Marianitas. Fue una religiosa dedicada a la educación. (I)