“El barrio está harto”, fue la justificación ayer de habitantes del bloque 10 de Flor de Bastión, sector La Ladrillera, en el noroeste de Guayaquil, luego de asegurar que seguirán golpeando a estruchadores, como ocurriera el viernes pasado.

La mañana de ese día, vecinos capturaron a un sujeto de 21 años que había ingresado a una vivienda de la que quiso robar dos teléfonos celulares y una tableta. La multitud lo golpeó durante minutos, antes de que llegara la Policía y lo detuviera. “Aquí gritamos ¡ladrón! y todos tenemos que salir”, remarcó una habitante.

Julissa, dueña de la propiedad, volvía a casa cuando los gendarmes levantaban información. Contó que el individuo sorteó su cerca de 2 metros de alto y usó baldes para poder alcanzar una hendija del techo. La Fiscalía procesa al sujeto que, según habitantes del bloque 10 de Flor de Bastión, era un reciclador o consumidor de droga, de aquellos que deambulan por el barrio y a los que les atribuyen otros estruches.

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La comunidad no quiso identificar ayer a quienes castigaron al estruchador, solo advirtió que el “barrio estaba harto”. Una mujer recordó que a una vecina recién le “dieron caza” para arrebatarle el teléfono celular y el dinero que portaba en la cartera. Incluso el domingo 11, el vecino de Julissa, el de la casa continua, perdió también celulares y dinero al sufrir un estruche. “Ni así escarmientan”, señaló Julissa con algo de enojo.

Rosa Alvarado llegó al bloque 10 hace un año y también fue víctima de estruche. “Hicieron un hueco como ratón”, comparó al sostener que se le llevaron un cilindro de gas y un reproductor de video. También buscaron, al parecer, dinero en los cajones de su cómoda, pero no dieron con billete alguno.

Respecto a rondas policiales, los vecinos indicaron que supuestamente los uniformados llegan solo cuando los llaman, que no los ven ejecutar patrullajes preventivos en la zona, distante a un kilómetro del mercadillo de La Ladrillera.

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Un policía señaló que luego del linchamiento del viernes 9, los chamberos o consumidores de droga “se calman” por cierto tiempo. Evitó hablar del número de agentes asignados al sector o de la incidencia delictiva porque los que deberían referirse al tema eran sus jefes.

El fiscal Víctor León lleva el caso del sujeto linchado, procesado por robo simple, lo que le podría significar una pena de entre 3 y 5 años de prisión, según la autoridad, que enfatizó que la ley no permite “tomar justicia por mano propia”, que incluso los agresores puede ser procesados por lesiones. (I)