El presidente brasileño, Michel Temer, enfrenta una serie de retos tras el primer año en el puesto. Tras pasar victorioso al alto tribunal electoral, que desestimó las denuncias de financiación irregular de su campaña, ahora el procurador estudia si lo acusa de corrupción pasiva, obstrucción de justicia y organización para delinquir.

Esto, tomando como argumento que uno de los mayores empresarios de Brasil grabó a Temer cuando presuntamente avalaba el soborno a un exlegislador encarcelado y también lo acusó de cobrar sobornos.

Temer rechaza las denuncias e insiste en que no renunciará, por lo que deja algunos escenarios posibles.

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Temer ha sobrevivido a una serie de escándalos y promete continuar en el puesto a pesar de nuevas denuncias. Si resiste, deberá contar con una coalición cada vez menor en el Congreso, índices de popularidad por debajo del 10% y protestas en las calles. Muchos legisladores le han retirado el apoyo y miembros de su gabinete han prometido renunciar. El socio menor de su coalición se reunirá mañana para decidir si continúa con él. Mientras, el presidente intenta aprobar medidas de austeridad para reanimar la economía, con proyectos de flexibilización de las leyes laborales. Sus aliados en el Congreso reconocen que la acción legislativa estará paralizada durante meses.

¿A qué se enfrenta Brasil?

En tanto, si llegara a renunciar por cualquier motivo, el presidente de la cámara baja, Rodrigo Maia, asumiría por 30 días hasta que los 513 diputados y 81 senadores eligieran un nuevo presidente interino hasta el final del mandato, en diciembre del 2018. Varios legisladores promueven una iniciativa para convocar a elecciones, pero el proceso podría tomar meses.

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En tanto, algunos legisladores han reclamado el impeachment. Pero este podría ser un proceso largo, y el único autorizado a iniciarlo es un estrecho aliado de Temer, el presidente de la cámara baja, Rodrigo Maia. Debería ser aprobado por dos tercios de la cámara baja y mayoría simple del Senado.

Otro destino depende de si el procurador decide que hay méritos para juzgarlo por un delito, podría llevarlo a un juicio penal. (I)