El taxista Miguel Guamancela contó ayer que hace dos meses en las calles Sucre y Chimborazo, en el centro de Guayaquil, un agente de tránsito lo detuvo por tener en su vehículo placas de color blanco y no anaranjadas como le corresponde a su vehículo de alquiler.

El chofer refirió que su argumento ante el uniformado de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) fue que tramitaba el cambio de placas, pero que este le indicó que su unidad sería llevada al centro de retención.

Guamancela señaló que de allí el agente supuestamente le insinuó que si le entregaba dinero no procedería con el retiro de su carro, que no reportó esa conducta por falta de pruebas. Él aprobó la iniciativa de la ATM de dotar de minicámaras a los uniformados para que sus procedimientos queden registrados en video, o más bien, todas sus actividades dentro de las ocho horas laborales.

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“Así se acaba un poco lo que es la corrupción”, reflexionó.

Amable Argandoña, otro conductor, también dijo estar de acuerdo con la medida en vigencia desde el jueves pasado. “Me parece muy bien, ojalá dejen algunos de estar chateando por teléfono”, criticó.

Un grupo de 60 uniformados inicialmente dirige el tránsito con esos dispositivos, pero el propósito de la ATM es dotar a toda la plantilla.

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Cerca del mediodía de ayer, la agente Jocelyn Baque dirigía el tráfico en la intersección de las avenidas Quito y 9 de Octubre. Ella sostuvo que portar las minicámaras a más de transparentar su trabajo les sirve para tener pruebas audiovisuales en caso de que algún conductor se exceda y los agreda como ha pasado en cinco casos que se contabilizan hasta marzo.

En Antepara y Padre Solano también hubo agentes con cámaras, cuyo material puede ser solicitado por usuarios si lo estiman necesario. (I)