La marca de moda de Ivanka Trump buscó tomar distancia de un fabricante chino que está bajo escrutinio después de que activistas que investigaban las condiciones laborales en el lugar fueron detenidos, y dijo que la compañía manufacturó sus productos por última vez hace tres meses.

En un comunicado emitido el miércoles, la presidenta de la marca, Abigail Klem, dijo que los zapatos Ivanka Trump, que son hechos bajo licencia por Mark Fisher, no han sido producidos desde marzo en la fábrica Huajian Group, donde presuntamente ocurrieron abusos laborales. Ella agregó "nuestro concesionario trabaja con muchas fábricas de producción de calzado y se les exige que operen dentro de estrictas regulaciones en materia social".

Pero no está claro si ese fue realmente el fin de la relación.

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China Labor Watch, un grupo sin fines de lucro con sede en Nueva York, comenzó a escudriñar la cadena de suministro de Ivanka Trump hace más de un año, según Li Qiang, director ejecutivo del organismo. Tres investigadores de China Labor Watch ingresaron de forma encubierta como trabajadores en fábricas de Huajian Group en marzo, abril y mayo de este año y encontraron mercancía de Ivanka Trump en el interior, dijo Li.

Señaló que los investigadores hallaron además evidencia de producción planeada para abril que indicaba órdenes pendientes por casi 1.000 pares de zapatos Ivanka Trump para ser entregados al final de mayo.

Ahora los tres hombres están encarcelados, acusados de utilizar ilegalmente dispositivos de grabación para desestabilizar las operaciones comerciales de Huajian. El Departamento de Estado estadounidense y Amnistía Internacional se han manifestado enérgicamente contra los arrestos. Hasta ahora, Ivanka Trump y su marca no lo han hecho.

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China Labor Watch manifestó sus acusaciones iniciales en una carta enviada en abril a Ivanka Trump. En ella señaló que los trabajadores laboraban regularmente más de 15 horas diarias, con sólo dos días de descanso al mes. El grupo agregó que la mayoría de los trabajadores cobraban a destajo y recibían sólo 363 dólares mensuales por 300 horas de trabajo, y que los supervisores maltrataban verbalmente de los empleados. (I)