El presidente filipino, Rodrigo Duterte, dijo el sábado que el grupo insurgente Estado Islámico no fue el responsable del ataque a un casino en la capital que causó la muerte de al menos 36 personas, apoyando la tesis de la policía de que se trató de un robo frustrado.

El hombre armado que irrumpió en el centro recreacional Resorts World Manila disparó a las personas que estaban en el hotel y provocó la muerte de muchas de ellas sofocadas por el humo de un incendio. Posteriormente se suicidó en una habitación de hotel, tras recibir un disparo de guardias de seguridad.

"Este no es un trabajo de ISIS (Estado Islámico)", dijo Duterte a periodistas en la ciudad de Cagayan de Oro, en donde realizaba una visita a las tropas. "El trabajo de ISIS es más cruel y brutal, simplemente matan a gente por nada", añadió.

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Imágenes del circuito cerrado del casino, que fueron divulgadas el sábado, mostraron al hombre disparando en el interior del recinto. La identidad del atacante permanece en reserva.

El hombre supuestamente estaba robando fichas de casino valoradas en 113 millones de pesos (2,27 millones de dólares) de una bodega antes de ser detectado por los guardias de seguridad.

"¿Por qué alguien robaría piezas de plástico que no vas a poder usar?", dijo Duterte. "Ese tipo estaba loco".

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Pero Pantaleón Álvarez, presidente de la cámara baja del congreso y un cercano aliado de Duterte, dijo que no estaba convencido de que se tratara de un caso criminal de robo e incendio.

"Este es un claro ejemplo del ataque terrorista de un 'lobo solitario' que apunta a civiles para causar la mayor pérdida posible de vidas y daño a la propiedad, como lo que ha pasado en otros países", dijo Álvarez en una declaración. (I)