Los cancilleres y representantes de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) debieron suspender sin acuerdos ayer una reunión convocada para discutir la crisis en Venezuela, y negociarán ahora la fecha para un nuevo encuentro.

A medida que la situación en Venezuela se deteriora, con un saldo de 60 muertos en dos meses de protestas contra el presidente Nicolás Maduro y mayores privaciones económicas para su población, la OEA no fue capaz de superar las divisiones internas sobre si tiene –y cuál es– un rol para encontrar caminos que saquen al país caribeño de la crisis.

En esta reunión se encontraban sobre la mesa dos declaraciones con tonos disímiles: una presentada por el bloque de 14 países del Caribe, el Caricom, y otra lanzada por Perú, Canadá, Estados Unidos, México y Panamá.

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Como el reglamento aprobado para esta reunión de la OEA exigía un mínimo de 23 votos para aprobar una Declaración (con 34 delegaciones acreditadas, incluyendo a Venezuela), rápidamente quedó claro que no sería posible adoptar un documento que no fuera consensuado. (I)