Un histórico hallazgo arqueológico en la calle Santa Ana recordó la existencia de la antigua iglesia de la Compañía de Jesús que data del siglo XVII. El descubrimiento estuvo a cargo de la Unidad de Arqueología de la Dirección de Áreas Históricas y Patrimoniales de la Municipalidad, informó el portal eltiempo.com.ec.

Solo se conocía de la existencia de la estructura jesuita a través de textos históricos, como los planos del padre Juan Sthiele.

Pablo Barzallo, director de Áreas Históricas, detalló que se ha encontrado un piso arqueológico de ladrillo, basamentos con características constructivas especiales, cimentación e incluso osamentas.

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Hasta el momento, la investigación se ha efectuado en una superficie de 300 metros cuadrados, que están dentro de los planos de construcción de la Catedral de La Inmaculada, elaborados por el padre redentorista Juan Sthiele.

Pero Barzallo agregó que son necesarias investigaciones más profundas que determinen la superficie total que ocupan los vestigios, quedando pendiente la plaza y una edificación que da a la calle Padre Aguirre.

Un primer informe será entregado a la Comisión de Áreas Históricas y Patrimoniales, el alcalde de la ciudad y la Curia la próxima semana, con el fin de plantear acuerdos que permitan ampliar la investigación y generar un plan de financiamiento para solventar la parte técnica y arqueológica.

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Se trataría de las primeras evidencias de esta iglesia jesuita. “Son restos de un inmueble colonial con 350 años de antigüedad e historia local”, enfatizó.

Para exhibir el hallazgo, será necesaria la implementación museográfica con la colocación de ventanas arqueológicas en unos casos, mientras que en otros, si el vestigio así lo requiere, será necesaria una mayor investigación que será analizada en coordinación con el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC.

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Según el portal, el historiador Juan Martínez Borrero reconoce que poco se conoce de la Iglesia de la Compañía que fue abandonada por los jesuitas a su expulsión en 1767, que se puede revisar la opinión del padre Juan de Velasco, quien afirmaba que esta era la única iglesia “decente” que poseía cúpulas, pues ni siquiera la Iglesia Mayor de la ciudad contaba con esa estructura. (I)