Cientos de mujeres fueron traídas de Tailandia a Estados Unidos y obligadas a ser "esclavas sexuales de la era moderna", según un acta procesal dada a conocer el jueves que acusa a miembros de alto nivel de lo que se considera era una sofisticada red de tráfico sexual que encubrió millones de dólares en ganancias.

En la acusación formal se presentan cargos contra 38 personas, lo que convierte al proceso por tráfico sexual en uno de los más grandes en su tipo en la historia de Estados Unidos, dijo el fiscal federal interino Gregory Brooker. Las autoridades indicaron que la organización delictiva atraía mujeres tailandesas a Estados Unidos con promesas de una mejor vida, y luego las obligaban a trabajar como prostitutas hasta que podían pagar deudas de sumas con frecuencia impagables.

Las mujeres eran transferidas a través de varios burdeles en Estados Unidos, obligadas a trabajar largos turnos laborales, y "forzadas a tener relaciones sexuales con desconocidos, incluso si los hombres eran abusivos", señaló Brooker.

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El acta procesal más reciente va tras el dinero _calculado en decenas de millones de dólares_ así como contra miembros de alto rango de la organización, tales como los “jefes de prostíbulo". El documento acusa de varios cargos a 21 personas, incluidos asociación delictuosa para cometer tráfico sexual, tráfico sexual a través del uso de la fuerza o amenazas, conspiración para realizar lavado de dinero y operar un negocio de transferencia de dinero sin licencia. El acta forma parte de una acusación abierta en octubre contra 17 personas, algunas de las cuales se han declarado culpables.

Alex Khu, agente especial a cargo de la agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional en Minneapolis, dijo que ir tras las finanzas del grupo delictivo era importante.

"Los golpeamos duro", señaló Khu. "Fue un golpe a las entrañas".

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La agencia de Khu descubrió la red internacional después de que comenzó a investigar un caso de tráfico sexual en las Ciudades Gemelas en 2014. Andy Luger, exfiscal federal de Minnesota, había hecho del problema del tráfico sexual una prioridad y viajó a Tailandia como parte de la investigación.

Luger estuvo entre los fiscales federales a los que el secretario de Justicia Jeff Sessions obligó a renunciar en marzo, pero los fiscales en su oficina han continuado trabajando en el caso, abordándolo como lo harían con una red de crimen organizado.

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La asociación delictuosa inició en 2009, según el acta procesal, cuando los organizadores trajeron a mujeres pobres que hablaban poco inglés de Bangkok a varias ciudades de Estados Unidos, incluidas Los Ángeles, Chicago, Las Vegas, Phoenix, Minneapolis, Washington, Houston y Dallas. La organización amenazaba con lastimar a las familias de las mujeres en Tailandia si estas escapaban. (I)