En estado de coma se encuentra el pequeño de 11 años que fue golpeado, atado de pies y manos y luego rociado con gasolina e incinerado, el 14 de mayo pasado, en la parroquia Carondelet, en San Lorenzo (Esmeraldas).

Seis adolescentes, de entre 15 y 17 años, son investigados por su participación, pues existe una denuncia por intento de asesinato.

La condición del menor agredido, a quien llamaremos Juan, es grave, cuenta su medio hermana Karen.

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Según familiares de Juan, quien se encuentra desde el 16 de mayo último en el área de quemados del Hospital Metropolitano de Quito, el pequeño fue interceptado por seis adolescentes cuando iba hacia el río a bañarse, luego de participar en una ceremonia por el Día de la Madre en la iglesia cristiana a la que acuden.

A la mitad de los 150 metros que separan la casa de Juan del río, los agresores a golpes lo habrían arrojado al piso y le ataron de pies y manos. Ahí la paliza continuó con patadas hasta que uno de los menores fue en busca de gasolina, lo roció y le tiró un fósforo encendido, sostuvo Patricia Plaza, tía del agredido.

Poco antes de este ataque, señala Karen, dos niños menores a su hermano se habrían escapado de ser agredidos por este mismo grupo.

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Juan, quien soñaba con ser futbolista, envuelto en llamas pudo desatarse y llegó hasta las aguas del río.

Pese a que existe el rumor en el poblado de Carondelet de que la agresión se dio en medio de un reto del juego de la red social Facebook denominado la Ballena Azul, hasta el momento, ni Patricia, ni Karen saben a qué es lo que jugaban.

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Lo que conocen, dice Karen, es que la investigación sobre el ataque ya se inició y ya han rendido su versión en la Fiscalía algunos de los involucrados.

El reporte médico habla de una afectación del 65% del cuerpo de Juan con quemaduras de tercer grado. Patricia Plaza reconoce que su sobrino no tiene muchas posibilidades de vida, más aún cuando al cuadro se le agrega el que dos bacterias ya llegaron al cerebro del paciente. (I)