El presidente estadounidense, Donald Trump, acudió ayer al Muro de los Lamentos en Jerusalén, en su primera visita a Israel, durante la cual volvió a denunciar el papel desestabilizador de Irán en la región.

Aunque apenas abordó el conflicto israelo-palestino, Trump vio una oportunidad de cambiar la situación en la convergencia de intereses entre los países árabes e Israel frente al extremismo y a Teherán.

Al igual que en su visita a Arabia Saudita, el presidente afirmó que Irán debía poner fin a la “financiación, el entrenamiento y el abastecimiento mortales de los terroristas y las milicias”. Añadió que Irán “nunca tendrá armas atómicas”, según el diario El País.

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Mientras, el ministro de Exteriores de Irán, Mohamed Javad Zarif, criticó a Trump de sus ataques y lo acusó de que su política junto a Arabia Saudita tenía como fin sacarle $ 480 mil millones en convenios.

En tanto, Corea del Norte, otro país al que EE.UU. y la ONU presionan para que deje sus pruebas de armamento, aseguró ayer que está preparada para desplegar y producir en masa un nuevo misil de medio alcance capaz de llegar a territorio japonés y a las grandes bases militares que hay allí. (I)