El acosado gobierno brasileño empezó el viernes a cuestionar tanto la legalidad como el contenido de una grabación que presuntamente sorprendió al presidente Michel Temer apoyando el pago de dinero a un exlegislador para mantenerlo callado.

La aparente estrategia defensiva viene en medio de una investigación de sobornos por valor de miles de millones de dólares en la que han caído políticos influyentes y cuando se multiplican los llamados a la renuncia del presidente de 76 años.

"El presidente Michel Temer no cree en la veracidad de las declaraciones" en la grabación, dijo la presidencia en un comunicado.

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Este hace notar que la persona que efectuó la grabación, Joesley Batista, directivo de la empresa empacadora de carne JBS, está siendo investigado y quiso "aprovechar" la situación. La grabación fue entregada a los fiscales como parte de un acuerdo con Batista para reducir su posible sentencia.

Investigación en su contra

El mandatario se reunió el viernes por la mañana con sus principales ministros del área política, desplazando para fines de la tarde una audiencia con el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, y con los mandos militares.

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"El gobierno está trabajando en tres frentes para volver a la normalidad después de la crisis: político, judicial y económico. El propio presidente forma parte de las negociaciones con la base aliada", dijeron a la AFP fuentes del Palacio presidencial de Planalto.

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El jefe de Estado, de 76 años, está acusado de haber dado luz verde al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien está en prisión por su implicación en el sistema de sobornos de Petrobras.

Las denuncias dejaron a Temer en la cuerda floja, menos de un año después de haber asumido el cargo en reemplazo de la izquierdista Dilma Rousseff, destituida por el Congreso tras un juicio político (impeachment).

De acuerdo con el diario O Globo, el presidente podría hacer otra declaración este viernes y denunciar judicialmente al dueño del gigante frigorífico JBS, Joesley Batista, quien grabó clandestinamente la conversación que dio pie a la investigación del STF.

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Temer enfrenta desde entonces ocho pedidos de impeachment presentados en el Congreso y pone todo su empeño en mantener su coalición de gobierno.

Reclamos ciudadanos

Miles de personas en Rio de Janeiro y en la capital, Brasilia, pidieron el jueves su renuncia, y hay más manifestaciones previstas para el fin de semana.

La exministra y senadora ecologista Marina Silva, que en las presidenciales de 2014 obtuvo casi 20% de los votos, declaró que Temer "no está en condiciones de gobernar".

Y el expresidente del STF Joaquim Barbosa comentó en su cuenta de Twitter: "No hay otra salida: los brasileños tienen que movilizarse, ir a las calles y reivindicar con fuerza: la renuncia inmediata de Michel Temer".

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El STF, que tiene a su cargo las causas contra miembros del Ejecutivo y del legislativo, raramente toma decisiones rápidas.

Esto deja el procedimiento del juicio político como la vía más probable para desplazar a Temer del poder, como ocurrió hace un año con Rousseff, destituida por el Congreso bajo la acusación de manipular las cuentas públicas.

Pero para que esto ocurra, la coalición que apoya a Temer, o al menos una parte de ella, debería darle la espalda. (I)