A Helen le encantan las salchipapas, las tortillas de verde y los huevos de codorniz con sal. Tiene sobrepeso y no realiza ejercicios. Todos los días sale de su domicilio, en el cantón Durán, junto con su esposo, Marcos, para vender bolígrafos en la calle.

Interesada en las jornadas médicas sobre hipertensión, llegó ayer la pareja al hospital Luis Vernaza de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Luego de realizarse la toma de presión, por tres ocasiones, a ella le detectaron niveles de presión arterial compatibles con hipertensión y a él, presión normal.

La información preocupó a Helen, pero también la alertó para que decidiera no ingerir comidas con altas calorías.

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Uno de cuatro adultos sufre de hipertensión en el Ecuador y en el mundo hay un millón de hipertensos diagnosticados.

Las cifras fueron dadas a conocer ayer al público que participó en charlas de prevención por el Día Mundial de la Hipertensión, que se recordó ayer.

Ernesto Peñaherrera Patiño, jefe de Cardiología de este hospital y presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología, expresó que en el país la hipertensión arterial es la enfermedad más prevalente, entre el 35 y 40 por ciento del país la padece. “Cuando no se diagnostica o cuando no es tratada correctamente el paciente va indefectiblemente a la insuficiencia cardiaca, con el corazón dilatado y con una posibilidad de muerte acelerada, insuficiencia renal, accidente cerebrovascular (...)”, añadió.

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Como parte de las jornadas de prevención ayer se desarrolló la campaña mmm17 (mes de mayo de la medición de presión arterial), que convoca la Sociedad Internacional de Hipertensión Arterial.

Según Peñaherrera, es importante un buen diagnóstico de esta enfermedad y después dar las recomendaciones en cuanto a alimentación, consumo de potasio, reducción de peso y factores de riesgo para una buena salud cardiovascular.

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El especialista expresó que en el 2016 se han atendido por consulta cardiológica unos 30 mil pacientes por año, de los cuales 25 mil son hipertensos.

Lo recomendable, dijo, es que pasados los 45 años las personas se realicen una vez por año la presión arterial y si ya tiene diagnosticada la enfermedad realizar actividad física, y dieta baja en sal. (I)