“Dios quiera que no vuelva a llover con la fuerza e intensidad del domingo porque temo que el socavamiento que hizo la correntada que bajó por la calle en donde estaba botado lastre termine por botar el cerramiento”, señaló angustiado Víctor Quintigüiña, del barrio La Libertad, de la parroquia Picaihua.

Contó que el domingo el agua alcanzó casi un metro dentro de su casa, y ello lo obligó a hacer huecos en la pared del cerramiento para que evacue.

Lourdes Aldaz, moradora de la parroquia Totoras, manifestó que por el ingreso de agua lodosa tuvo que sacar los enseres por el temor a las inundaciones, pero su baño quedó con material que ingresó en el interior.

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El presidente de la Junta Parroquial de Picaihua, Rómel López, dijo que por lo menos diez casas resultaron afectadas por el ingreso del material que arrastró la correntada.

Reconoció que no es la primera vez que sucede algo así. Según él, comenzó hace algunos meses cuando arrancaron los trabajos del cerramiento y adecentamiento de un centro de exposiciones, así como del de las vías en la parte alta del barrio La Libertad. Allí, señaló que cuando llueve hay acumulación de agua y baja arrastrando el material.

Diego Ortiz dijo que el consorcio Ortiz & Ortiz hace una etapa del Centro de Exposiciones. Aclaró que para que no haya inconvenientes por las lluvias fuertes se hicieron las acometidas e incluso luego de una inspección se comprobó que en la obra no existe ningún daño.

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Mientras, Darwin Barba, superintendente de los trabajos viales, adujo que luego del temporal, el agua se encauzó hacia la parte baja arrastrando material de la calle. Explicó que al estar en proceso de construcción no existen sumideros ni las descargas para que fluyan las aguas y por eso bajan por los costados y se producen las zanjas. (I)