Fabiola Silva apura el paso mientras repasa el inventario de cajas que la empresa de paquetería OGC, con sede en Madrid, no envió a sus destinatarios y que se amontonan en un galpón ubicado al sur de la capital española. En unas horas la mercadería se embarcará en dos contenedores rumbo a Guayaquil. Su destino: el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae).

Unos 430 paquetes se trasladarán una vez finalizada la entrega de los enseres a los perjudicados por el cierre intempestivo de la compañía en marzo de 2016.

Desde que en noviembre pasado inició este proceso abanderado por la Embajada y gestionado, en un inicio por la Policía y a partir de febrero por voluntarios de los afectados, poco más de 200 personas consiguieron recuperar sus pertenencias. El volumen de bultos asciende a más de 600.

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Fabiola Silva forma parte de ese puñado de perjudicados que ha dedicado su tiempo a ayudar en las tareas de localización y entrega de la mercadería. La inmigrante oriunda de Pelileo recuperó dos de los tres paquetes que envió a través de OGC. "Estamos de acuerdo en que las cosas se vayan a Ecuador para que los consignatarios de esos paquetes puedan identificar sus pertenencias", asegura.

"Existe una disposición de la Fiscalía de Ecuador para que los bienes se envíen al país donde el proceso judicial se encuentra más avanzado. Además, tomando en cuenta el principio jurídico de que un mismo delito no puede ser juzgado en dos países, creemos que lo mejor es realizar el traslado", señala el embajador Miguel Calahorrano.

La misión diplomática pagó desde marzo un valor de 2.000 euros mensuales por concepto de alquiler de la nave donde permanecían los paquetes. De sus arcas también saldrán los cerca de 5.000 euros que costará el envío vía marítima. (I)