Dos farmacias chilenas se convirtieron el miércoles en las primeras en América Latina en vender un medicamento que contiene cannabis sativa para su consumo bajo control médico y con receta retenida.

Se ofrecen dos variedades del producto, cada uno con diferente concentración, y éstos serán los únicos locales del país que lo tengan disponible.

Recientemente Uruguay abrió un registro para comprar marihuana en farmacias según lo establece una ley sancionada en 2013 y se tiene previsto que en julio inicie la venta en comercios, aunque otras fechas se han anunciado antes y han sido pospuestas. La venta de medicamentos que contengan cannabis también está prevista en la ley, aunque no se han reglamentado detalles al respecto.

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La comercialización del medicamento en Chile responde a una alianza entre la empresa local Alef Biotechnology y la canadiense Tilray, que trajeron al mercado dos tipos de concentraciones de cannabis —T100 y el TC100— con la autorización del estatal Instituto de Salud Pública (ISP) para aliviar dolor crónico. En el proceso se consideraron diversas validaciones científico-técnicas de entidades reguladoras en ambos países y el medicamento que se ofrece a la venta se basa en los cannabinoides de la cannabis sativa, de los cuales los más conocidos son el THC, o principio sicoactivo, y el CBD, que en general contrarresta los principios activos del THC.

Roberto Roizman, presidente de Alef Biotechnology, dijo a The Associated Press que el proceso corresponde a un plan piloto de unos seis meses para evaluar si los médicos lo prescriben y qué resultados obtienen. Según Roizman, pasado este tiempo se analizará si los pacientes obtienen resultados similares a otros del extranjero y si existe un mercado significativo como para exportar a otros países los medicamentos elaborados con cultivos de Chile.

La firma canadiense Tilray es pionera en investigación y producción de medicamentos que usan los cannabinoides y también exporta a Australia y a la Unión Europea.

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Un día antes de lanzar el producto a la venta, la Fundación Ciencias de la Cannabis dijo a través de su página de Facebook que Tilray obtuvo la autorización del Instituto de Salud Pública para su comercialización a pesar de no haber superado estudios clínicos controlados. Al respecto, Roizman dijo a la AP: “no sé en qué se basan, porque si no la autoridad sanitaria no nos habría permitido estar aquí”, enfatizó. “Por algo nos dieron todos los permisos, ellos revisaron toda la información y eso es lo que vale”.

La AP contactó a la Fundación y al Instituto de Salud Pública sin obtener un comentario hasta el momento.

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El único medicamento autorizado y traído a Chile con permiso del gobierno antes del T100 y TC100 fue el Sativex para una paciente con cáncer y lupus: Cecilia Heyder pagó más de dos millones de pesos (unos 4,400 dólares) por envases útiles para tres meses de tratamiento.

El nuevo medicamento costará unos 210.000 pesos mensuales (308 dólares), dependiendo de la intensidad del dolor, que puede obligar al consumo variable del producto. Se venderá en frascos de 25ml con concentraciones de 10 mg por ml y 5 mg de THC y 5 de CBD por cada ml.

En Chile existe otro proyecto desarrollado con dos plantaciones de cannabis sativa entre una alcaldía, una fundación y un laboratorio iniciado con una plantación en 2014, pero aún está en fase de estudios.

Jaime Lobos, director técnico y químico farmacéutico de una de las farmacias que vende el remedio dijo a la AP que desde que se supo que tendrían el medicamento ha llamado bastante gente preguntando por los requisitos de venta, la presentación y el precio.

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La ley local permite el consumo, pero no el cultivo, el transporte ni la venta de cannabis y los infractores pueden ser penados con condenadas de hasta diez años de cárcel. (I)